LECTURA RECOMENDADA SI QUIEREN ENTENDER EL DILEMA ISRAELÍ FRENTE A LA AMENAZA IRANÍ

DOS RECONOCIDOS EXPERTOS ISRAELÍES OPINAN

RAZ ZIMMT

Se debe tener claro lo siguiente:

A. El programa nuclear iraní no ha sido destruido. Desde el principio se reconocía la posibilidad de lograr un retroceso significativo mediante una acción militar conjunta israelí-estadounidense, pero es imposible destruir todas las capacidades, incluidas las de enriquecimiento de uranio, y mucho menos el conocimiento y la tecnología acumulados.

B. Irán está recuperando capacidades en los ámbitos de misiles, defensa y ciertas áreas de la energía nuclear. Esto tampoco debería sorprender a nadie.


LA AMENAZA IRANÍ

C. En ausencia de acuerdos entre Estados Unidos e Irán sobre el tema nuclear, el statu quo posterior a la guerra no podrá mantenerse por mucho tiempo. Es inestable y peligroso tanto por el riesgo de errores de cálculo entre Israel e Irán, como porque en algún momento Irán podría tomar medidas peligrosas que requerirían una respuesta. No tiene por qué ser un nuevo acuerdo nuclear de cientos de páginas, sino algo que, en el mejor de los casos, congele la situación actual (sin un nuevo enriquecimiento ni otro ataque) y, mas aún, restablezca la supervisión del OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica) y gestione el material fisionable restante en Irán.

Y después de todo esto: a diferencia de otros expertos entrevistados, quienes advierten (con razón) la dificultad de mantener el statu quo actual a largo plazo, las palabras de los "funcionarios" deben interpretarse como lo que suelen ser: mensajes a la otra parte.

En este contexto, conviene recordar:

A. Irán actualmente no tiene buenas opciones. El proceso de reconstrucción está en pleno apogeo, pero llevará tiempo. No deben subestimarse las amenazas iraníes, pero esto no significa que en un futuro próximo Irán pueda "lanzar 2000 misiles al día en lugar de 500 en 12 días". Irán está actualmente ocupado no solo en la reconstrucción de sus capacidades, sino también con otros desafíos importantes, como una crisis económica cada vez más profunda y una escasez de agua sin precedentes. Este no es el momento para iniciar otra guerra. Basta con observar la discrepancia entre las amenazas que se oyeron desde Teherán antes de la activación del mecanismo de imposición automática de sanciones (Snapback) y lo que realmente sucedió para comprender las limitaciones a las que se enfrenta Teherán.

B. Israel tampoco tiene prisa por volver a la lucha. No solo por la necesidad de aprender de la experiencia, recuperar capacidades y prepararse para otra campaña que probablemente no se parecerá a la anterior, sino también porque resulta evidente que los logros militares que se pueden presentar en la próxima campaña (suponiendo que tenga lugar en un futuro próximo), especialmente en lo que respecta a armas nucleares y misiles, son bastante limitados en comparación con la guerra de los Doce Días. Por supuesto, es posible estimar que otro ataque contra Irán conducirá al derrocamiento del régimen. Sugiero que abordemos este escenario con mucha esperanza y aún más escepticismo. Además, incluso si Irán toma decisiones peligrosas, como reanudar el enriquecimiento de uranio, el dilema para Israel no será sencillo y deberá considerar diversos factores: capacidades operativas, el costo de reanudar el combate, la postura del gobierno estadounidense y la trascendencia de la decisión iraní respecto a su capacidad para desarrollar armas nucleares.

En resumen: una realidad compleja e inestable. Ninguno de los actores —Irán, Israel y Estados Unidos— tiene la solución ideal, y todas las opciones son problemáticas, peligrosas o perjudiciales. Actualmente nos encontramos en la fase de gestión del conflicto, y como bien sabemos por otras experiencias, esta fase puede prolongarse indefinidamente.

DANNY CITRINOWICZ (como agregado a lo expuesto por Zimmt)

A. Tan pronto como Israel decidió atacar las instalaciones nucleares, dejó claro que ya no estaba dispuesto a mantener la política de contención del programa nuclear iraní.

B. El problema radica en que esta decisión, junto con la posibilidad de reactivar el programa nuclear iraní y su arsenal de misiles (como escribió Raz Zimmt), podría obligar a Israel a implementar una política de destrucción de todo nuevo avance en Irán, la cual tendría un alto costo (dado que no existe un derecho a actuar contra el fortalecimiento de Hezbolá en el Líbano y perjudicar la estructura de poder iraní).

C. Por lo tanto, el dilema será significativo: volver a la política de contención o implementar una política de enriquecimiento cero que requeriría un ataque en algún momento, cuyo éxito tampoco está garantizado, dado que Irán posee amplios conocimientos, sobre todo en enriquecimiento, y, por ende, las posibilidades de reactivación son considerables en el futuro.

D. Hasta donde se sabe, derrocar al régimen es una idea que suena mejor en teoría que en la práctica, como lo demostró la primera experiencia con Irán.

E. Israel logró algunos éxitos impresionantes en el operativo contra Irán, pero el problema iraní no se ha resuelto. Ni mucho menos. Al parecer, la solución reside en un cambio de régimen (que no se vislumbra, al menos por ahora) y en un acuerdo nuclear entre Irán y Estados Unidos, que tampoco se vislumbra y que, en cualquier caso, Israel jamás apoyará.

Así pues, el conflicto no ha terminado ni está resuelto.

Fuente: Red X de ambos expertos

Traducción: Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 7-11-2025

https://ojalameequivoque.blogspot.com/

kupervaser.daniel@gmail.com

@KupervaserD 

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