LA OPOSICIÓN JUDÍA A ATROCIDADES ISRAELÍES EN GAZA SOPESA NO MAS QUE MINORÍA MARGINAL Y ESTÉRIL

El inesperado giro de las manifestaciones en el mundo frente a la prolongada guerra en Gaza y sus horrendas secuelas, ahora dirigidas no solo contra el Estado y Gobierno de Israel, sino contra judíos, sorprende y convulsiona, especialmente a las colectividades judías de la diáspora.

La interpretación más común se refleja justamente en la visión que da a entender que la inmensa ola de aversión hacia judíos y el Estado de Israel, es consecuencia de la guerra que actuó como catalizador del resurgimiento de un antisemitismo latente en las sociedades. “El antisemitismo es independiente de la conducta judía, y establecer una conexión directa entre ambos reproduce un argumento antijudío”, afirma un suplemento de Nueva Sion sobre este tema (agosto/septiembre 2025).

Lamentablemente, esta cómoda actitud de intentar reducir la responsabilidad solo al gobierno de Israel y a sus extremistas Netanyahu, Ben Gvir y Smotrich, liberando la participación de componentes judíos cardinales, peca por no reflejar una realidad muy dolorosa. Las evidencias nos demuestran día a día que las atrocidades que comete Israel en Gaza, gozan de abrumador respaldo (pública o tácitamente manifiesto) en el marco del componente judío de la sociedad israelí y en boca de los liderazgos judíos de las instituciones reconocidas oficialmente como representantes del judaísmo en la diáspora. La oposición frente a estas atrocidades en el marco del pueblo judío, en boca de unos pocos disidentes, tanto en Israel como en la diáspora, sopesan no más que una pequeña minoría carente de toda influencia significativa. Esta es la imagen que se proyecta y claramente día a día se percibe hoy el mundo.   

Es verdad, en Israel es muy palpable la presencia de una masiva oposición popular a la conducta del gobierno. Pero no hay que confundirse en las motivaciones. El reclamo popular y de los partidos de la oposición contra Netanyahu y su gobierno se concentra exclusivamente en dos temáticas: reprobación a su plan de reforma institucional con el objetivo de imponer un modelo de dictadura de gobierno elegido, y reclamo por la liberación de los rehenes que restan en manos de Hamas junto con el fin de la guerra. Esta última condición no surge como crítica a las atrocidades que se cometen en Gaza, sino que se trata de condición sine qua non impuesta por Hamas para permitir liberar a todos los rehenes y que la oposición se inclina por aceptarla.


EL COMPONENTE JUDÍO DE LA SOCIEDAD ISRAELÍ NORMALIZA MARTIRIZAR A PALESTINOS PARA PROMOVER LIMPIEZA ÉTNICA EN GAZA Y CISJORDANIA

La crítica y reprobación de atrocidades que se cometen en Gaza, no muy diferentes por su perversidad a las de Hamas el 7/10/23, está ausente prácticamente a todo nivel en Israel: en los medios y en la dirigencia de todos los partidos políticos (fuera de contados periodistas y políticos que representan a la población árabe israelí). Días atrás una ministra de gobierno declaró en programa central de TV que Israel martiriza intencionalmente palestinos en Gaza para obligarlos a pedir “emigración voluntaria fuera de Gaza, y que esa estrategia también se va a aplicar en Cisjordania. Nadie se conmovió y ese plan se normaliza por la gran mayoría del componente judío de Israel como una estrategia judía legitima contra palestinos. El único obstáculo posible, en ojos del liderazgo de Israel, es la palabra de Trump, fuertemente influenciada por los cientos de millones de dólares que judíos de USA les donan a sus campañas electorales y la de su partido.

La conducta de los liderazgos de las direcciones comunitarias judías en la diáspora armoniza, sin chistar, con los planes del gobierno de Israel en un claro gesto de subordinación. Tomemos el ejemplo de DAIA de Argentina que se auto define como representante político de la comunidad judía argentina, reconocida por los gobiernos de Argentina e Israel.

Ya en noviembre de 2024, DAIA criticó severamente la decisión de la Corte Penal Internacional cuando entonces emitió órdenes de arresto contra Netanyahu y Galant, argumentando fuertes sospechas de haber cometido delitos de guerra en Gaza.

Cuando la Organización Amnesty Internacional acusó a Israel de cometer un genocidio en Gaza, DAIA salió al frente a defender el brutal accionar israelí argumentando que Estado de Israel hace lo que debería implementar cualquier nación democrática: defender a sus ciudadanos del flagelo que azota a la faz de la tierra como lo es el terrorismo internacional” (Repudio de DAIA a acusación de genocidio a Israel por parte de Amnistía Internacional 5-12-24).

La hipocresía más grande la comete DAIA cuando sermonea a argentinos en contra del terrorismo y la necesidad de llevar a juicio a sus promotores, pero paralelamente tapa toda crítica al criminal terrorismo judío que hoy en día opera abiertamente en Cisjordania contra palestinos. Más aun, DAIA se calla la boca cuando el Gobierno de Israel, la oposición de Israel y muchas instituciones judías del mundo, aplaudieron a Trump, como sirviente de intereses de Israel, en su gesto típicamente mafioso de amedrentar a instituciones de la justicia universal imponiendo sanciones a esas instituciones y a sus jueces, por el solo hecho de inculpar a Israel y Netanyahu con claras evidencias a la luz de todo el mundo.

Esta conducta es interpretada por gran parte de la sociedad argentina como complicidad tácita de parte de quien asume la representación política de todos los judíos argentinos. No por casualidad, ya en el año 2018 la misma DAIA publicó un sondeo donde el 67% de los argentinos está convencido que los judíos argentinos son mas leales a Israel que a Argentina.  

El gobierno de Israel y las direcciones comunitarias de judíos de la diáspora ofrecen a los pueblos del mundo en bandeja de oro mediáticas, suficientes razones para adjudicar a Israel, su gobierno y la mayoría de los judíos, la responsabilidad, directa e indirecta de las atrocidades que comenten las fuerzas armadas de Israel en Gaza. Sectores importantes de distintas sociedades del mundo no están dispuestos a tolerarlo en silencio y se rebelan manifestándose por diferentes medios, incluyendo la violencia.

Es totalmente inútil perpetrarse detrás del gastado escudo del antisemitismo. Su irresponsable uso durante décadas le hizo perder todo su valor disuasivo. El factor más efectivo con poder de disuasión que dispone Israel hoy en el mundo, son las amenazas de sanciones de Trump en su función de sirviente de Israel. La pregunta es cuanto más va a durar, pues sin Trump, Israel y los judíos quedan solitarios e indefensos en el mundo.

Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 24-9-2025

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kupervaser.daniel@gmail.com

@KupervaserD 

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