SI NO SE DESPABILAN, LA HOLGAZANERÍA Y PARASITISMO DE LOS ULTRA ORTODOXOS VAN A COLAPSAR A ISRAEL

La representación de la población israelí religiosa ultra ortodoxa, tanto sefardí como asquenazí, se integró activamente al juego político nacional durante los últimos 35 años. Dada la significativa polaridad en la sociedad israelí, junto al carácter especial del sistema parlamentario que rige en Israel, de forma muy inteligente el liderazgo ultra ortodoxo supo adoptar el posicionamiento de factor que puede inclinar la balanza de manera que facilite formar un gobierno al candidato con mayores posibilidades y que está dispuesto a pagar el precio exigido en materia de legislación y presupuestos que beneficie a sus prosélitos.   

Las normas de vida que estos grupos imponen a los diferentes gobiernos se basan en una serie de principios, generalmente exigiendo una separación casi total del resto de la sociedad, con aportes mínimos y máximo aprovechamiento de ella. La ocupación exclusiva en el estudio de la Tora es la ambición de los hombres mientras las mujeres actúan casi como maquina reproductora de hijos y/o trabajando para subvencionar al hombre que no trabaja.

Según una previsión de la Oficina Central de Estadísticas de Israel, la población religiosa judía ultra ortodoxa representa en el año 2024 un 14% del total, constituirá una quinta parte de la población judía en 2030, una cuarta parte en 2040 y el 30% en 2050. Si se toma en cuenta el dramático proceso de emigración masiva de israelíes laicos después de la guerra de octubre de 2023, probablemente estas previsiones erren el futuro por debajo y en altos porcentajes, convirtiendo a Israel en un estado totalmente religioso ultra ortodoxo.

DESARROLLO DEL ÍNDICE DE NIVEL SOCIO ECONÓMICO DE 4 CIUDADES

 


Rojo: Jerusalén  Verde: Givaat Zeev  Azul: Arad  Negro: Beit Shemesh

Gracias a que el proceso ya está en marcha, una reciente investigación nos indica claramente el camino que la holgazanería, parasitismo y vivismo a costa del otro como característica de la población religiosa judía ultra ortodoxa, conducirá a Israel en un futuro próximo.     

El profesor Dan Ben David, de la Universidad de Tel Aviv y presidente del Instituto Shoresh de investigaciones sociales y económicas de Israel, difundió un reciente informe donde describe la historia de cuatro ciudades, algunas de ellas centrales e importantes, que han sufrido un grave declive en las dos últimas décadas, que se produjo tras un importante proceso de inmigración y recepción de población ultraortodoxa hacia ellos y, al mismo tiempo, el abandono de laicos y los denominados religiosos nacionales. Estas ciudades son Beit Shemesh, Jerusalén, Givaat Zeev y Arad (“Así colapsaron 4 ciudades en Israel”, The Marker, 29-4-25)  

Sin necesidad de entrar en lujo de detalles, tal como se describe en el informe, la Oficina Central de Estadísticas nos ofrece una excelente herramienta para analizar esta temática. Ya de varios años atrás, esta oficina lleva a cabo periódicamente relevamientos de aspectos importantes de la vida social y económica de las distintas ciudades y poblaciones de Israel, con el objetivo de fijar a cada una de ellas un índice de nivel socio-económico como una combinación de las características básicas de la población en las áreas: composición demográfica, educación, nivel de vida, empleo y pensiones. El índice otorga el numero 10 al mas alto nivel y el 1 al mas bajo.  

Jerusalén, la capital, se deterioró a un ritmo constante y pasó del índice 5 en el año 1995, a una de las ciudades más pobres de Israel con una calificación de solo 2 en el año 2021. Beit Shemesh también se deterioró a un ritmo similar. Arad se deterioró del nivel 6 al nivel 3. Givaat Zeev del 8 al 4.

El significado de este descenso es que los habitantes de las cuatro ciudades sufren un nivel de ingresos más bajo, una peor educación, un nivel de vida más bajo, una mayor tasa de desempleo y una mayor dependencia de subsidios y de beneficios sociales del gobierno.

¿Qué provocó la rápida decadencia de estas ciudades? Su característica principal es un ritmo muy rápido de inmigración de residentes ultraortodoxos. Los datos de las cuatro ciudades reflejan lo que Ben-David llama una "espiral de colapso urbano": una reacción circular en la que cuanta más migración negativa hay de una población educada y con mayores ingresos, peor se vuelve la condición de la ciudad, y la población con indicadores socioeconómicos más altos tiende a abandonar la ciudad, y su condición se deteriora aún más.

La advertencia de Ben-David se dirige contra una situación en la que las espirales de colapso urbano se convertirán en una gran espiral nacional de colapso. La desaceleración del ritmo de crecimiento en Israel; el descenso del nivel de educación; el creciente número de estudiantes en instituciones educativas ultraortodoxas, en la mayoría de los cuales no se educan materias básicas (matemática, inglés, física); El peligro que médicos y académicos abandonen sus trabajos para emigrar: todos estos son procesos que podrían conducir a una espiral de colapso incontrolado para todo el Estado de Israel.

Las ciudades ultraortodoxas, y cada vez más, ultraortodoxas, cuentan con Israel para financiarlas y protegerlas. "¿Qué pasará cuando Israel se parezca a estas ciudades?" Ben-David pregunta.

Los casi 100 mil israelíes que emigraron a otros países desde octubre de 2023 hasta la fecha son más que una alerta que ya comenzó la cuenta regresiva de este colapso.

Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 29-4-2025

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kupervaser.daniel@gmail.com

@KupervaserD

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