JACK KHOURY: "EN GAZA NO HAY GUERRA, SINO UN ATAQUE DESENFRENADO Y SIN PROPOSITO CONTRA CIVILES"
Sin objetivos
militares reales, Israel está lanzando un ataque desenfrenado contra aquellos
que no tienen ninguna participación en la lucha contra él. Se ven obligados a
elegir entre la muerte o el desplazamiento a "zonas seguras" que
están lejos de ser seguras.
El uso de la
palabra "guerra" para describir la situación que se desarrolla
actualmente en Gaza es engañoso y distorsionador. No hay guerra en Gaza. Hay un
ataque desenfrenado por parte de Israel contra personas que, en su mayoría, no
participan en ninguna actividad en su contra. Israel se ha quedado sin "lista
de objetivos". No quedan edificios gubernamentales de Hamás ni ninguna
"infraestructura terrorista" y no se sabe si todos los túneles de la
organización han sido destruidos.
Los actuales
objetivos terroristas de Israel son los militantes vistos en los vídeos de la
liberación de los rehenes, pero es imposible saber si son realmente combatientes
de Hamas o actores y extras. De cualquier manera, rastrear a cada uno de ellos
podría llevar meses o años. Si este es el parámetro de la "victoria
total" que el primer ministro Benjamín Netanyahu busca, todavía queda un
largo camino por recorrer.
Israel está
atacando desde el aire, la tierra y el mar puntos conflictivos en la Franja de
Gaza donde habitan numerosos civiles: campos de refugiados y desplazados,
edificios ruinosos que todavía se utilizan como refugios (por ejemplo,
hospitales y escuelas de la UNRWA). El portavoz de ejercito israelí puede estar
hablando de una "zona segura", pero en Gaza nunca han oído ese
término. En Israel dicen que también en estos lugares hay terrorismo. Que Hamás
utiliza a civiles como escudos humanos. Que los agentes de la organización se
esconden entre la población. Esto también se afirmó la semana después del
ataque al Hospital Al-Ahli en la ciudad de Gaza. En la práctica, los únicos
datos disponibles muestran que la mayoría de los muertos y heridos en la última
ronda de ataques son civiles, especialmente mujeres y niños. Incluso si uno duda
de la fuente de estos datos (el Ministerio de Salud de Gaza), las imágenes no
mienten.
Según datos del
Ministerio, desde el 18 de marzo han muerto en Gaza 1.694 personas, de las
cuales 595 son niños, 308 mujeres y 105 ancianos. Incluso si asumimos que el
resto de los muertos estaban armados y eran terroristas, es probable que la
mayoría de los muertos no estuvieran involucrados en actividades terroristas.
Pero además de estas muertes, hay que recordar que la catástrofe humanitaria
que está teniendo lugar actualmente en Gaza está provocando que dos millones de
sus habitantes estén al borde de la muerte en sus vidas, muriendo de hambre y
de enfermedades.
La Franja de
Gaza ha estado completamente cerrada durante más de un mes. Solamente a
aquellos que quieren irse se les permite salir, y en Israel están orgullosos de
ello. Todos los sistemas posibles en los campos médico y humanitario ya han
colapsado, sin mencionar los sistemas educativos y sociales. Israel justifica
esto afirmando que la presión sobre la población civil conducirá a resultados
en las negociaciones para la liberación de los rehenes. Hamás afirma que la
liberación de los rehenes de una sola vez es posible si Israel acepta poner fin
a la guerra, pero Israel no está satisfecho con eso: el primer ministro declara
que exige que Hamás se desarme y renuncie a todos los signos de poder y
control. Una exigencia de este tipo no conducirá las conversaciones a un
acuerdo final. Israel seguirá creyendo en la presión militar-humanitaria, Hamás
seguirá blandiendo la única carta que le queda: la vida de los rehenes.
Hamás todavía no
habla en términos de sacrificio y de “apego”, de adhesión a la tierra. La
organización rechaza las afirmaciones de utilizar a la población civil para
proteger a los militantes, pero utiliza una retórica evasiva: desde su
perspectiva, todos los activistas de Hamas son ciudadanos de Gaza, y en el
momento en que un militante se quita la ropa caqui, es un civil. Éste es el
camino de Hamás, ésta es la realidad sobre el terreno, y no parece que vaya a
cambiar. Mientras tanto, los ciudadanos que realmente no están involucrados
están atrapados entre dos opciones: morir o aceptar la deportación.
Las esperanzas
que los ciudadanos depositaron en todo tipo de entidades abstractas (una
comunidad internacional, el derecho internacional, un tribunal internacional,
un mundo árabe e islámico) resultaron ser falsas esperanzas. Aunque a Israel le
indigna esta comparación, los civiles de Gaza también se han convertido en
rehenes y capturas. En Israel todavía hay quienes luchan por los secuestrados,
y en Gaza se quedan solos.
Fuente: Haaretz,
18-4-25
Traducción:
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel
18-4-2025
https://ojalameequivoque.blogspot.com/
kupervaser.daniel@gmail.com
@KupervaserD
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