GENERAL (RE) AMIRAM LEVIN: CON LAS MANOS TEMBLANDO NUNCA CREÍ QUE ESCRIBIRÍA ESTO: NOS ACERCAMOS A DESOBEDECER ÓRDENES
Aclaración del
traductor: Dedicado a judíos
del mundo para que comprendan lo dramático de la situación de Israel. Es tan
grave que un general retirado del ejército evalúa que Israel se está acercando
a la situación que en el ejército se deba desobedecer órdenes.
Con manos
temblorosas, y aunque nunca creí que algún día escribiría esto.
El peligro que
corren las vidas de los rehenes, las vidas de nuestros soldados, el riesgo de
verse arrastrados a crímenes de guerra y el grave daño que supone para las
Fuerzas de Defensa de Israel y el ethos social, no nos permite quedarnos de
brazos cruzados. Por eso, con manos temblorosas, aunque no creía que esto
sucedería jamás, escribo: Nos estamos acercando a desobedecer órdenes.
Desobedecer una orden
en el ejército es un paso peligroso que tira abajo la base operativa del ejército
de Israel. Pero el gobierno de Netanyahu nos está arrastrando a una situación
en la que obedecer órdenes será mucho más peligroso y dañino, y derrumbará los
cimientos morales sobre los que se construyó el ejército. Para evitar que miles
de combatientes lleguen a una situación en la que no tengan otra opción que
negarse, los comandantes superiores deben hacerlo primero.
Jefe de Estado
Mayor y los generales del Estado Mayor, deben oponerse a la continuación de una
guerra inútil cuyo objetivo vago, "presionar a Hamás", no se está
logrando, y cuyo objetivo real parece ser luchar por el mero hecho de luchar.
Debe presentar inmediatamente al gobierno un plan militar alternativo para
alcanzar los objetivos de la guerra, el más importante de los cuales es la liberación
de todos los rehenes y el logro de la seguridad para los habitantes de los
alrededores y del norte del Néguev.
Jefe del Estado
Mayor y comandantes del ejército de Israel deben dejar claro al público y al
gobierno que poner fin a la guerra para el regreso de todos los rehenes no es
un "precio", sino más bien el logro del objetivo.
Es cierto que el
ejército de Israel no tiene autoridad para dictar los objetivos de la guerra al
gobierno, pero el jefe del Estado Mayor y los comandantes de las distintas
unidades, deben dejar claro que desde una perspectiva militar no hay
contradicción entre los objetivos de la guerra: el regreso de todos los rehenes,
la derrota de Hamás y la restauración de la seguridad de las poblaciones del
norte del Neguev. Debéis convencerles de
que el camino militar correcto para la liberación de los rehenes y la derrota
de Hamás es invertir el orden de los pasos: primero la liberación de los
rehenes y el cese de la guerra, y sólo después el desarme y la derrota de
Hamás.
Hay que dejar
claro al público y al gobierno que poner fin a la guerra para recuperar a todos
los rehenes no es un "precio", sino el logro del objetivo. Primero,
porque la guerra, cualquier guerra, es algo terrible. Y lo más importante: el retorno
de los rehenes y el fin de la guerra permitirán al ejército de Israel
organizarse y tener libertad de acción para defender y derrotar a Hamás en
condiciones mucho mejores y en un momento en que no hay peligro para las vidas
de los rehenes. Continuar la guerra en su forma actual pone en peligro la vida
de los rehenes y pospone (quizás para siempre) su regreso, amenazando así los
valores fundamentales del ejército y de nosotros como Estado y sociedad.
Después de haber planeado bien y presentado su plan para alcanzar los objetivos
de la guerra al gobierno, es su deber negarse a continuar la guerra sin la liberación
de todos los rehenes, o al menos asignar un período de tiempo limitado para
ello (¡dos o tres semanas, no más!) al final del cual, si la misión no se ha
cumplido, pasará a un plan militar alternativo.
Señor jefe de
Estado Mayor y comandantes de unidades del ejército de Israel: cuando tienen un
plan de acción preferible, es su derecho y deber evitar la situación que
ordenes se desobedezcan antes de que se propague y así salvar al ejército de
Israel y al Estado de Israel. Por encima de la continuación de la guerra sin la
liberación de los rehenes, "ondea una bandera negra que pica el ojo y
enfurece el corazón, si el ojo no es ciego y el corazón no es opaco o
corrupto" (Frase histórica de la sentencia de jueces en la masacre que llevó
a cabo el ejército israelí en la aldea árabe israelí Kfar Qasim en 1956 donde
los jueces sentenciaron que los soldados debieron desobedecer la orden de sus
comandantes. DK). Yo confío en ustedes, el público confía en ustedes. Así es
como venceréis, y así “toda madre judía sabrá que ha confiado el destino de sus
hijos a comandantes que son dignos de ello”.
Fuente: Haaretz,
18-4-25
Traducción:
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel
18-4-2025
https://ojalameequivoque.blogspot.com/
kupervaser.daniel@gmail.com
@KupervaserD
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