DESCIFRANDO LA "VICTORIA TOTAL" DE NETANYAHU EN GAZA

Resumen: En repetidas oportunidades Netanyahu señaló la victoria total como objetivo inmediato y a corto plazo de la guerra desatada contra Hamas en Gaza en represalia al criminal ataque del 7 de octubre de 2023. El año y medio transcurrido nos permite llegar a la conclusión que el proyecto de Netanyahu no es el caso de una guerra tradicional con un ejército victorioso y un enemigo vencido y arrodillado. En realidad, se trata de un ardid para ocultar su verdadero proyecto: mantener una permanente “situación de guerra”. No la tradicional guerra, sino un conflicto armado a fuego lento que se eterniza, como la mejor garantía de su larga subsistencia en el poder.

 


Tras días de organizarse, Israel lanzó sobre Gaza un gigantesco operativo militar con el propósito declarado de lograr 3 objetivos: aniquilar y hacer desaparecer a Hamas de Gaza, liberar por la fuerza los 260 rehenes en manos de Hamas y dar seguridad futura a las poblaciones israelíes lindantes con Gaza. A los pocos días Netanyahu aseguraba que los objetivos ya estaban al alcance de la mano bajo la categoría de “victoria total”.

Transcurrido año y medio, hoy podemos afirmar con toda firmeza que Israel no cumplió en pleno ninguno de los objetivos. Si bien Israel asestó a Hamas un duro golpe haciéndole perder gran parte de su poderío militar, esa organización hasta el día de hoy es el único soberano que domina totalmente la Franja de Gaza. Más aún, no se perfilan, ni Netanyahu permite, opciones a corto y mediano plazo de su sustitución. Con todo su descomunal poderío militar y de informaciones, Israel solo logró liberar vivos a 7 rehenes, mientras que hay indicios que su fuerza provocó la muerte de unos 40 rehenes. La gran mayoría de los rehenes liberados solo fue posible cuando Israel se arrodilló ante exigencias de Hamas en cuanto a relocalización del ejército israelí e intercambio con una masiva liberación de prisioneros palestinos. El lanzamiento de misiles ayer y hoy de Gaza a poblaciones israelíes demuestra que tampoco se logró el ultimo objetivo declarado por Netanyahu.

Si bien este devenir nos autoriza a criticar a Netanyahu por su rotundo fracaso, sería mucho más apropiado interrogarnos si no se trata de otra de las típicas maquinaciones a que Netanyahu nos acostumbró en sus largos años como primer ministro de Israel. Conociendo muy bien a Netanyahu, seria mucho mas apropiado convencerse que aquellos objetivos declarados no fueron mas que un normal embuste del primer ministro israelí, como es su costumbre, y que su accionar obedece a una estrategia muy bien manejada con otro u otros objetivos.

Hacia fines del año 2024 Netanyahu se acerca a la mejor situación posible desde el punto de vista de sus objetivos en Gaza. Israel domina militarmente gran parte del territorio de Gaza con prácticamente toda su población y lo que resta de Hamas después de haber liquidado a su cúpula mayor, acorralados en un 25% del territorio en la región de Khan Yunes y Raffa. Como si fuera poco, el molesto Biden ya está en camino afuera de la Casa Blanca y se espera la entrada del gran amigo Trump. Con todas las cartas a su favor, Netanyahu decide dar marcha atrás, abandonando el plan de liberación de rehenes por la fuerza, retirando casi totalmente al ejército israelí de Gaza, firmando otro acuerdo parcial con Hamas para el intercambio de cierta cantidad rehenes por prisioneros palestinos, y en la práctica, dejando a Hamas a continuar como soberano en Gaza con los últimos 59 rehenes en sus manos. Más aún, Netanyahu se opone al plan de la Liga Árabe que se proponía liderar una alternativa gubernamental a Hamas en Gaza, inclusive con anuencia de Hamas.

Israel dispone hoy de todos los medios, la fuerza y el apoyo del presidente Trump para llevar a cabo lo que se le ocurra en Gaza. Puede conquistar todo Gaza, puede liquidar toda la base gubernamental y militar de Hamas, o sea, eliminar prácticamente todo peligro proveniente de Gaza. Por el contrario, los recientes y muy poco agresivos pasos en el regreso de unidades militares a Gaza no parecen indicar que éste sea el propósito.

Los motivos de esta cautela no son casuales. En primer lugar, ya se tomó conciencia que no hay ninguna posibilidad de recuperar rehenes vivos por medio de la fuerza. En segundo lugar, la conquista y dominio permanente de Gaza para erradicar a Hamas exige de Israel costos humanos, sociales y económicos que difícilmente pueda soportarlos. Por último, la desaparición de Hamas como peligro de seguridad para Israel dejaría a Netanyahu semi desnudo políticamente frente a la sociedad israelí que se concentraría en un duro proceso de rendición de cuentas.

Esta aparente contradicción no es nueva. Ya en la campaña electoral de 2009 Netanyahu se aferró a la consigna de ser el único capaz de eliminar a Hamas. En la práctica, convencido que el desarrollo económico de la población de Gaza es la principal preocupación de Hamas, ya desde entonces, Netanyahu se preocupó por ayudar a Hamas, principalmente promoviendo la existencia de vías de financiamiento que permitieron a Hamas afianzarse en Gaza y sobre todo armarse y prepararse para el criminal ataque de octubre de 2023.

Hoy Netanyahu, para su permanencia en el poder en Israel, necesita de una constante situación de “estado de guerra”, pero no una guerra verdadera. Hamas debe permanecer permanentemente como un peligro existencial para Israel, a quien se debe enfrentar, se amenaza con su destrucción, pero nos preocupamos por mantenerlo en vida.

La victoria final de Netanyahu no es el objetivo principal del enfrentamiento con Hamas, sino que es el escudo táctico que le permite “eternizar el conflicto” para prologar al máximo su estabilidad en el poder.

Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 21-3-2025

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