AVI BAR ELI: ¿QUÉ HACEMOS AHORA? ES LA PREGUNTA QUE DEBEMOS RESPONDER HOY Y NO SOLAMENTE QUÉ HACEMOS CON LOS REHENES
Aclaración del traductor: Resumen corto y preciso de
la complicada encrucijada que Netanyahu debe enfrentar en estos días.
De hecho, la primera fase del acuerdo entre Israel y
Hamás se completó hoy (sábado). Los rehenes que se encontraban vivos y cuyo
regreso se incluyó en este episodio fueron devueltos una semana antes de la
fecha prevista en el programa original. Los cuerpos de los rehenes fallecidos
que retornaron el jueves, no se sabía de antemano.
Y si las partes del acuerdo han cumplido su compromiso
mutuo, o lo completarán el jueves próximo, ¿qué sigue? ¿Hacia dónde nos
dirigimos ahora? En teoría, si el cronograma se hubiera adelantado una semana,
mañana (domingo) Israel debería haber comenzado a retirarse del corredor
Filadelfia, una retirada que debía entrar en vigor el día 42 del acuerdo (1 de
marzo) y terminar el día 50. Pero eso no está sucediendo.
Israel está haciendo ruidos que indican que no está
interesado en retirarse. Las negociaciones sobre la Fase II aún no han
madurado. No es del todo seguro que haya una Fase II, y ¿saben qué? No es
seguro que sea necesaria. Después de todo, es un hito arbitrario. Lo
fundamental es cuándo termina la guerra y en qué condiciones. Las fases son
sólo un medio.
Israel condiciona el fin de la guerra a la
desmilitarización de la Franja de Gaza, el exilio de los dirigentes de Hamás, mantener
algunas posiciones en puntos clave de Gaza y la liberación de todos los rehenes
y víctimas. Hamás sólo acepta algunas de las condiciones mencionadas a cambio
de una retirada completa de la Franja y la liberación de los prisioneros.
Ahora tenemos que decidir si llegamos a una base común
o volvemos a la guerra. Pero decidir de una forma u otra no es sólo una
cuestión diplomática y militar: también es política. Podría decidir el destino
de la coalición y las posibilidades de que se aprueben leyes dramáticas. Los componentes
están entrelazados.
El elefante en la habitación
El 1 de marzo no es sólo la fecha en la que está
previsto que comience la retirada del corredor Filadelfia, sino también la
fecha en la que 6.700 familias de judíos religiosos ultra ortodoxos con niños
dejarán de beneficiarse de los subsidios para guarderías (porque el padre no se
alistó al ejército) y no hay ley que los proteja.
Marzo no es sólo la fecha de inicio de la teórica
segunda fase, sino también el último mes posible para aprobar el presupuesto
estatal; de lo contrario, el gobierno cae. Esto se debe a que, a medida que se
envían cada día más órdenes de alistamiento a cientos de jóvenes religiosos
ultra ortodoxos, el nivel de pánico en este sector de la población está
aumentando y, en consecuencia, también lo hace la presión sobre sus
representantes en el parlamento.
Cada una de estas cuestiones —guerra, seguridad,
rehenes, presupuesto, reclutamiento e incluso la continuidad de la revolución
institucional en Israel— se decidirá en marzo, pero la resolución de cada una
depende de las demás. Por ejemplo, el regreso a la guerra eliminaría la campaña
emprendida en las últimas semanas por los ultraortodoxos para aprobar
discretamente una exención del servicio militar (la ley de evasión del servicio
militar). Está claro para todos que otra ronda de reclutamiento de reservas no
permitirá al Likud y al sionismo religioso siquiera discutir la aprobación de
un proyecto de ley específicamente para los ultraortodoxos. El clima político
sería imposible.
Por un lado, si no hay ni habrá un acuerdo que exima a
los jóvenes ultra ortodoxos del reclutamiento, si se siguen negando los
estipendios y se declara desertores a los estudiantes de las escuelas, entonces
no hay razón para que los representantes de sus partidos voten a favor del
presupuesto estatal para 2025, ni a favor de las leyes golpistas que se están
llevando automáticamente al pleno: cambiar la composición de la comisión de
selección de jueces y nombrar un defensor del pueblo para los jueces. Por otro
lado, incluso si disuelven el gobierno, un período electoral no detendrá la
emisión de órdenes, e incluso puede aumentar su emisión, y por lo tanto también
perderán los presupuestos actuales que les fueron otorgados a través de los
ministerios.
Por otro lado, si no vuelven a la guerra, Otzma
Yehudit de Itamar Ben-Gvir no regresará a la coalición, lo que significa que
los ultra ortodoxos carecerán de fuerza para votar a favor de la ley de
evasión. Por otra parte, si la guerra regresa a Gaza, la demanda de Bezalel
Smotrich de abrir otro frente en Cisjordania no se cumplirá y aumentará la
presión de su electorado para la movilización total de los ultra ortodoxos.
En resumen, es una matriz complicada. Cada eslabón
depende del otro. Cualquier pequeño cambio afectará inevitablemente al panorama
general.
Por esta razón, la reunión semanal del gobierno
prevista para mañana por la mañana fue cancelada y reemplazada por una reunión
de los jefes de las seis facciones de la coalición. Este es el foro necesario
ahora para tomar la decisión. A los periodistas se les dijo que los temas que
se discutirían en la reunión serían las leyes de reclutamiento y el
presupuesto, pero está claro que será imposible discutirlos sin abordar el
elefante en la habitación y decidir sobre la continuación o cancelación del
alto el fuego y un acuerdo final y completo sobre los rehenes.
Después de meses de postergación, Netanyahu, el hombre
que odia tomar decisiones, se acerca al momento en que se verá obligado a
decidir sobre todas ellas a la vez.
Fuente: The Marker, 22-2-2025
Traducción: Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 22-2-2025
https://ojalameequivoque.blogspot.com/
kupervaser.daniel@gmail.com
@KupervaserD
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