TRUMP 2025 NO SERÁ EL MESÍAS DE ISRAEL, PERO TAMPOCO POLICÍA DE MORAL POLÍTICA EN MEDIO ORIENTE

Con el arribo de los primeros indicios del recuento de votos en las últimas elecciones presidenciales en EE.UU., una gran ola de euforia se expandió en una gran mayoría de la sociedad israelí. El triunfo de Donald Trump sobre Kamala Harris permitió a muchos sacarse un peso de encima, y, en sectores allegados al gobierno de Netanyahu, dio rienda suelta a imaginar una próxima concreción de anhelados proyectos de expansión territorial.

De los 4 años de la cadencia anterior de Trump, a estos sectores israelíes les quedó grabado aquellos actos que tanto favorecieron sus proyectos.

-    Diciembre de 2017 reconoce a Jerusalén como capital de Israel y traslada su embajada a esa ciudad.

-     Marzo de 2019 reconoce soberanía israelí sobre las alturas del Golán

-     - Enero de 2020 publica su Plan de Paz del siglo entre Israel y Palestina que reconocía soberanía israelí en parte de Cisjordania donde se construyeron las colonias israelíes.

-     - Septiembre de 2020 auspicia la firma de los acuerdos de Abraham de normalización de relaciones entre Israel, UAE y Bahréin sin ninguna condición relacionada con el Estado Palestino.

LAS FANTASÍAS DE NETANYHAU Y SUS PROSÉLITOS  

En la mente de Netanyahu, su coalición y prosélitos, con la reelección de Trump ya se evalúa la excelente oportunidad de materializar sus objetivos inmediatos. Continuar la guerra contra Hamas e Irán como pretexto de evitar la constitución de una comisión investigadora del fracaso del 7 de octubre pasado que con seguridad acarrearía a un llamado a elecciones anticipadas, sepultar para siempre las perspectivas de la solución de dos estados con los palestinos, y el broche de oro, colonización judía y futura anexión de Gaza y Cisjordania a Israel. Todo ello con la pública aprobación del nuevo presidente de EE.UU. e inclusive el consentimiento tácito de líderes de la Liga Árabe presionados e incentivados por Trump.

Nada fácil tratar de pronosticar la conducta de un personaje controvertido como Trump. Aun así, da la impresión que los principios básicos de su nueva cadencia, tal como Trump mismo los va anunciando en estos días, están vaticinando una conducta que no necesariamente va por el mismo camino que favorece al liderazgo actual de Israel.

Detrás de la consigna “América primero” Trump no se propone básicamente sobreponerse a sus adversarios en el campo de batalla militar, sino en enfrentamientos con municiones económicas. Al respecto ya comenzó con sus ataques anunciando que dentro de sus primeras decisiones incrementará drásticamente las tarifas a la importación de productos de China y de sus dos vecinos Canadá y México. Por si fuera poco, hoy amenazó a los integrantes del BRICS con llevar las tarifas de importación de sus bienes a EE.UU. al 100% de su valor si persisten en su intención de crear una nueva moneda alternativa al dólar (CNN 1-12-24).

Su rechazo a verse envuelto en enfrentamientos militares, como el reciente en Medio Oriente, quedó demostrado en estos días cuando se unió a su rival político Biden en exigir de Israel el fin inmediato de la guerra en Gaza, en clara contraposición a Netanyahu. (Barak Ravid: “Trump wants Gaza ceasefire deal before inauguration”, Axios 29-11-2024)

Pero para Netanyahu y sus prosélitos no se trata del único indicio que en esta oportunidad no será fácil con Trump. Este extravagante personaje no dudó en insultar groseramente a Netanyahu con la expresión “que se vaya a la mierda” cuando se enteró que Netanyahu felicitó a Biden con motivo de su triunfo en las elecciones presidenciales anteriores en EE.UU. (Barak Ravid, “Trump's Peace”, 15-5-2023).

Otro detalle a tener en cuenta. Durante esta última guerra el gobierno de Netanyahu se benefició con Biden de una descomunal ayuda económica gratis por valor mas de 18 mil millones de US$, mientras que al mismo tiempo Trump declaró que durante su cadencia no habrá mas regalos, sino que toda ayuda se hará por medio de prestamos (Times of Israel 11-2-2024).

Por último, cabe mencionar que Trump, si bien favoreció a Israel en muchas de sus decisiones, en ultima instancia nunca olvidó el derecho básico de los palestinos a su estado independiente. El ejemplo mas evidente es su Plan de Paz del Siglo entre Israel y Palestina que presentó en enero de 2020 donde, si bien reconoció el derecho a soberanía israelí en el territorio de sus colonias en Cisjordania, como contrapartida demandó de Israel la cesión de parte del territorio del sur de Israel a soberanía del nuevo estado palestino.

Con este trasfondo y bajo el panorama internacional tal como se vislumbra, difícilmente Trump en su nueva cadencia opte por tomar un marcado y público activismo en favor de intereses del gobierno de Netanyahu. Esto de ninguna manera significa que se pase a la vereda de enfrente, sino que es de suponer que opte por abandonar la histórica función estadounidense de actuar como policía de moral política en el mundo y de rienda suelta a Israel para que tome independientemente sus decisiones y corra con las consecuencias.

Una insinuación de este devenir lo podemos palpar con la reciente decisión de Arabia Saudita de abandonar el proyecto de un amplio acuerdo de defensa mutuo con EE.UU. basado en normalización con Israel y el reconocimiento de un Estado Palestino independiente, para ser reemplazado por otro mucho más reducido en sus propósitos (Haaretz, 29-11-2024).

Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 1-12-2024

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kupervaser.daniel@gmail.com

@Kupervaser 

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