ISRAEL INTENTA HUIR DE LA REALIDAD Y SE COMPLICA DENOMINANDO ANTISEMITISMO AL RESULTADO
En
el año 2008 el famoso escritor israelí David Grossman publicó su libro titulado
"Una mujer que huye de la noticia". El relato se centra en una madre
que presiente que le van a anunciar la muerte en la guerra de su hijo soldado,
y se va de su casa para escabullirse de la noticia. En el marco de una
entrevista a en el diario La Vanguardia (24-4-2012), Grossman desmintió que
fuera un intento de crear una metáfora referida al Estado de Israel en su
permanente conducta de eludir la realidad. Si bien no fue su intención, tal
como lo afirmó, las vivencias diarias de nuestro tiempo demuestran que
efectivamente, el título del libro se convirtió en una metáfora que muy bien
actúa como símil del proceder de Israel.
La
confrontación bélica que se desató a consecuencia del sangriento y criminal
ataque de Hamas a las poblaciones del sur de Israel el pasado 7 de octubre de
2023 demostró claramente que, pese a las numerosas víctimas y daños sufridos
como resultado de una clara negligencia defensiva, Israel dispone de una
significativa supremacía militar en toda la región del Medio Oriente.
Con
la creación del Estado de Israel en 1948, prácticamente la mayoría de los
países de la región se propusieron e intentaron borrar del mapa a Israel. Fue
justamente esta supremacía militar israelí la que finalmente los convenció de
su imposibilidad y la conveniencia del reconocimiento de su derecho a
existencia. Fuera de Irán, todos los países de la región reconocen a Israel,
algunos con acuerdos de normalización, otros con acuerdos de paz. Solo restan
unos pocos en espera de la resolución de la excepción en esta constelación: el
conflicto palestino-israelí que aún persiste porque no tiene una solución
militar y se alimenta por la existencia en los dos pueblos de grupos
extremistas que presionan a sus liderazgos con la pretensión del destierro o la
aniquilación del otro.
En
el territorio delimitado por el Mediterráneo y el Rio Jordán, bajo dominio
israelí conviven 7,5 millones de judíos junto a 7,5 millones de palestinos. Ninguno
de los pueblos se mueve del lugar ni el orden internacional permite
deportaciones. Nadie puede pretender una solución consensuada del conflicto sin
sobreponerse a dos condiciones básicas. En primer lugar, que los 5,5 millones
de palestinos que conviven en Gaza y Cisjordania (fuera de los 2 millones que
viven en Israel con ciudadanía israelí) lo sea con ciudadanía plena en el marco
de un estado independiente (Israel o Palestina). En segundo lugar, que ambos
pueblos se sobrepongan a la nefasta injerencia de sectores extremistas que
exigen el destierro del otro (Hamas entre palestinos y los grupos allegados a
Ben Gvir y Smotrich en Israel).
Israel,
como potencia indiscutida en la región, es quien debiera ser el primer
interesado en promover una salida con el objetivo de enfrentar esos dos
escollos. Sin embargo, el 90% del liderazgo judío de Israel justamente se deja
arrastrar por los grupos extremistas y expansionistas. Como consecuencia, Israel
opta por la presión militar como único camino y usa su poderío para imponer la expansión
de la colonización, limpieza étnica de palestinos, opresión a sectores palestinos
transigentes y hasta declaraciones y actos aberrantes que hoy se están juzgando
internacionalmente como posible genocidio.
Si
bien en un enfoque puntual en octubre de 2023, gran parte del mundo se identificó
con el sufrimiento de la sociedad israelí y su derecho a auto defensa, en una perspectiva
global y de largo plazo de la problemática de Medio Oriente, con el tiempo, comenzaron a propagarse duras críticas
a la represalia israelí cuya cima se percibió en el inicio de procesos
judiciales en la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional,
que culminó con la emisión de órdenes de arresto a Netanyahu y su ministro de
defensa.
Como
es la costumbre, Israel contraatacó inmediatamente desenfundando el argumento
del antisemitismo. Lamentablemente esta vía no solo es comprobadamente ineficaz,
sino que más bien actúa como bumerang en contra de Israel y los judíos en el
mundo. Si criticar a Israel por su accionar es antisemitismo, muy fácilmente la
aversión a Israel y los judíos se generaliza y legitima, tal como se puede palpar
hoy en el mundo.
Si
Israel se proyecta como el obstáculo para que 5,5 millones de palestinos se
conviertan en ciudadanos con plenos derechos de un estado independiente en
Cisjordania y Gaza (como Palestina o parte de Israel), una gran mayoría del
mundo comprende y ve cada día más justificado que los palestinos se rebelen
contra Israel, tal como comprendieron el terror judío como una de las vías para
conseguir su autodeterminación antes de 1948.
La
realidad nos demuestra una y otra vez que el camino elegido por Israel para
enfrentar la rebelión palestina por su derecho a la autodeterminación basado en
la fuerza de la dominación y acuerdos con países árabes de la región,
necesariamente conlleva a permanentes fracasos, y lo que es peor, a un
inevitable proceso de desprestigio de la imagen de Israel y del judaísmo en el
mundo. Es hora de abrir los ojos.
Daniel
Kupervaser
Herzlya
– Israel 21-12-2024
https://ojalameequivoque.blogspot.com/
kupervaser.daniel@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario