POSIBILIDADES Y FANTASÍAS DE UNA ALIANZA ARGENTINA – ISRAEL

Durante su campaña electoral, como en el casi año entero que Javier Milei cumple la función de presidente de Argentina, la iniciativa de una alianza con el Estado de Israel se convirtió en un componente central de su proyecto político. Milei, un católico que transita la conversión al judaísmo, cumplió con su promesa de visitar Israel en el inicio de su mandato y queda pendiente su palabra de mudar la embajada a Jerusalén, adelantado en una clara toma de posición en el conflicto palestino-israelí.

El término alianza hace referencia a un convenio o pacto que se establece entre dos o más estados para lograr un determinado propósito o fin común. En este marco es característico que las alianzas entre países se centren en tres aspectos básicos, tanto conjuntamente, como así también, sólo uno de ellos. Se trata de alianzas estratégicas – militares, económicas o diplomáticas.


MILEI: ABRAZAR BANDERA DE ISRAEL PARA RECIBIR APOYO DE USA

Analicemos las posibilidades de concretar una alianza entre Argentina e Israel en base a cada uno de estos posibles componentes.

Si se tiene en cuenta las problemáticas de seguridad, una alianza estratégica - militar entre Argentina e Israel en estos tiempos queda totalmente fuera de toda posibilidad de materialización. Como máximo es posible un intercambio de información relacionado con actividad terrorista en la región, conducta normal entre dos estados que mantienen relaciones corrientes sin necesidad de declaraciones grandilocuentes de una alianza estratégica.

También una alianza económica entre Israel y Argentina, por el momento, queda fuera de toda posibilidad de materialización. Se trata de dos economías en estados de desarrollo completamente distantes y con características productivas que no permiten una posible complementación. La población israelí es sumamente pequeña en términos internacionales como para representar un mercado atractivo para el potencial de exportación argentino que se concentra principalmente en productos alimenticios. Las ventajas comparativas de la producción israelí se concentran básicamente en dos campos: alta tecnología y armamento, ambos sin posibilidades de adaptarse a las necesidades argentinas económicas y de seguridad de estos tiempos. Sobre esta base, nadie debe sorprenderse que los gobiernos de los últimos años de ambos países, pese a los denodados esfuerzos en ese sentido, fracasaron rotundamente en avanzar hacia una integración económica. El intercambio comercial entre los dos países permaneció a niveles no significativos.

Pese a la aparente afinidad de visión política por parte de los liderazgos presentes en los dos países, una posible alianza diplomática es posible, aunque deberá enfrentar una clara contradicción, especialmente para los intereses argentinos. En la arena diplomática internacional Israel estableció como objetivo principal el reconocimiento internacional a su derecho de soberanía y colonización de los territorios conquistados en la guerra de los 6 días del año 1967. Toda actitud diplomática argentina en apoyo a Israel en sus objetivos, necesariamente dañara severamente los argumentos argentinos contra Inglaterra en su exigencia de restituir soberanía argentina sobre las islas Malvinas. Inglaterra festejará en caso que Argentina acepte el principio de adquisición de soberanía sobre territorio por medio de la fuerza. 

Pero el riesgo argentino no solo se centra en esta contradicción. Si Milei avanza en sus proyectos de acercamiento a Israel y materializa su propósito de trasladar su embajada a Jerusalén, muy probablemente sufra serias consecuencias como resultado de probables represalias que afecten sus significativas exportaciones de productos agrícolas a países árabes. Sería prudente que Milei se asesore con su amigo ideológico Bolsonaro quien años atrás asumió la presidencia de Brasil con la misma promesa de la cual tuvo que dar marcha atrás sin dar explicaciones para no pasar vergüenza.

No se debe descartar la idea que todo este drama que Milei puso en escena se basa en un guión cuyo objetivo no sea más que crear una cortina de humo destinada a ocultar objetivos concretos, eso sí, en beneficio de intereses argentinos. A sabiendas que buenas relaciones con las diferentes capas directivas en Estados Unidos de América es una condición necesaria para lograr la ayuda indispensable en la recuperación de la economía argentina, nada mejor que apoyarse en grupos judíos de ese país. Estos grupos son reconocidos por ser uno de los mayores influyentes en los pasillos de los centros de poder en USA gracias a los millonarios aportes a políticos de USA en sus campañas electorales si se comprometen a obrar a favor de Israel. Congraciarse con Israel y sus planes de expansión territorial es, con seguridad, una buena manera para que a intereses argentinos se le abran puertas en USA y sean acreedores a un servilismo estadounidense similar al que recibe Israel.  

Al igual que los ajustes de Milei en medio de su cadencia en sus relaciones con Brasil y China, frente a sus promesas preelectorales, resultado del pragmatismo una vez que posa en el sillón presidencial, es muy probable que su adulación a Israel continúe, aunque solo a nivel declarativo. Mientras tanto su embajada no se mueve de Herzlya. 

Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 1-11-2024

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@Kupervaser          

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