LA IDIOTEZ JUDÍA DE EMPECINARSE EN VIVIR EN UN ETERNO CHARCO DE SANGRE
El incuestionable triunfo de Trump en las recientes
elecciones presidenciales de EE.UU., seguido de llamativos anuncios de
nominaciones de su equipo mayormente identificados con intereses israelíes,
desataron una ola de optimismo en los sectores políticos del componente judío
de Israel que promueven la expansión territorial. Bezalel Smotrich, ministro de
finanzas de Israel, declaró que “con el retorno de Trump, el año 2025 será el
año de la soberanía israelí en Cisjordania y ordenó a su equipo a comenzar los
trabajos con ese objetivo (Haaretz, 11-11-24)
Entre el Mediterráneo y el Rio Jordán, que incluye los
territorios de Israel, Gaza y Cisjordania, conviven hoy 7,5 millones de judíos,
todos ciudadanos de Israel, junto a 7,5 millones de palestinos, 2 millones de
ellos en Israel con ciudadanía y 5,5 millones en Gaza y Cisjordania, en
confusos ordenes institucionales y limitadas libertades, de facto bajo dominio
militar israelí.
DEL MEDITERRÁNEO AL RIO JORDÁN – EL SUEÑO JUDÍO
Fuera de Irán, todos los países árabes están
dispuestos a reconocer a Israel con acuerdos de paz solo en los limites de 1967
(sin Gaza y Cisjordania). Esto determinó que el histórico conflicto árabe-judío
hoy se puede considerar histórico. Solo resta el conflicto judío-palestino. Minorías
extremistas supremacistas de ambos pueblos (Hamas en los palestinos y los
partidos de Ben Gvir y Smotrich en Israel) luchan por el dominio del todo el
territorio del Mediterráneo al Rio Jordán desterrando a rival.
Lamentablemente estos extremismos, en vez de haber
sido desplazados en su entorno nacional para permitir una solución de
compromiso básicamente territorial, los liderazgos nacionales palestinos y
judíos los acoplaron, o directamente se subordinaron a esos extremismos, de tal
manera que ya casi 60 años ambos pueblos están embarcados en un continuo y
trágico derramamiento de sangre sin una solución en el horizonte.
Como fuerza dominante, el componente judío de la
sociedad israelí tiene el poder de tomar la decisión, y hoy más claro que
nunca, al avanzar hacia la imposición de soberanía israelí en Cisjordania y
Gaza, solo en base al apoyo de Trump, parece que se empecina en vivir
eternamente en un enorme charco de sangre.
Analicemos las perspectivas
Como se sabe, los 5,5 millones de Palestinos de Gaza y
Cisjordania no se los puede deportar ni se irán a ningún lado. Incorporar a estos
palestinos como ciudadanos de Israel en un marco democrático al tipo de los árabes
israelíes (ciudadanía plena con igualdad teórica junto a discriminación practica
– no apartheid), no solo haría perder el predominio político del componente judío,
sino que tarde o temprano esta convivencia estará destinada a explotar y
continuar la violencia conocida por ambas partes.
Es de suponer que, ante la falta de cualquier otra
alternativa, Israel retorne al orden de dominación militar que caracterizó esas
regiones de 1967 hasta la firma de los acuerdos de Oslo en 1994. Control total bajo
dominio de gobierno militar cediendo la administración de municipios a
representaciones locales, todo ello acompañado de un acelerado proceso de usurpación
de tierras, masiva colonización judía, sofocando toda posibilidad de expansión palestina.
El hecho de declarar soberanía de jure sobre Cisjordania y Gaza, con población sin
derechos civiles igualitarios por razones de pertenencia étnica, formalizará y oficializará
la imposición de un orden apartheid judío.
No se necesita ser experto en estrategia para
comprender que bajo estas condiciones la región no solo no se pacificará, sino
que se convertirá en un horroroso y eterno foco de violencia y derramamiento de
sangre judia y palestina en escala creciente, tal como se palpa ya de décadas atrás.
Más aún, sabemos que gran parte del mundo comprendió
el uso de terror de parte ciertos grupos judíos en su lucha por la liberación nacional
hasta 1948, y de todas maneras apoyó la creación del Estado de Israel. Hoy en día,
prácticamente el mundo entero apoya la necesidad de autodeterminación del
pueblo palestino en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental y, aunque critica el
terror palestino, también lo comprende como medio legitimo de oponerse a la dominación
foránea. Nada más evidente que el enorme apoyo a la causa palestina que hoy se palpa
en el mundo, pese al horroroso y sangriento ataque del 7 de octubre de 2023. Solo
3 días atrás, de todos los países en ONU, solo Argentina, USA, Paraguay,
Micronesia y Nauru se opusieron en Asamblea de ONU a la resolución de apoyo a
la autodeterminación del pueblo palestino.
CONFESIONES DEL TERROR JUDÍO ANTES DE 1948
Pero, la imposición de soberanía israelí en
Cisjordania y Gaza no solo acarreará la necesidad de ampliar cementerios judios y palestinos. Es
de suponer que, tal como hoy se visualiza el inicio de una creciente ola de aversión
a Israel y judíos en el mundo, también la diáspora judía no saldrá ilesa de
esta decisión israelí. La propia predisposición del Estado Judío de dominar
otro pueblo sin derechos civiles básicos por justificación divina, muy
probablemente, y con cierta razón, conlleve a que la misma iniciativa se tome
en el mundo contra judíos de la diáspora, que por supuesto, no viven en tierras
que Dios se las dio según la Tora.
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 17-11-2024
https://ojalameequivoque.blogspot.com/
kupervaser.daniel@gmail.com
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