EL FIN DE LA GUERRA SE APROXIMA. LA VICTORIA TOTAL DE NETANYAHU SE ALEJA
“A todos nosotros, hasta el último
combatiente, le es claro que los políticos no saben como continuar, maldito
sea. No hay donde avanzar, y no hay capacidad política de retirada”. Confesión
de soldado de la reserva israelí que retorna del frente. (Haaretz,
22-11-24)
La represalia al sangriento ataque de Hamas el pasado
7 de octubre de 2023, seguido de la apertura de otros 6 frentes de aliados a
Hamas que se unieron a diversas intensidades en sus ataques a Israel (Hezballah
del Líbano, Irán, milicias apoyadas por Irán desde Irak y Siria, palestinos de
Cisjordania, Huties desde Yemen) demostró una clara superioridad militar israelí.
Todos estos enemigos sintieron en carne propia la dureza de los golpes del
ejército israelí, principalmente Hamas, cuya estructura como ejército de un
estado quedó prácticamente diezmada, y no menos Hezballah cuya cúpula y fuerza
de ataque fueron reducidas significativamente.
Según la mayoría de los expertos militares, la guerra
arribó a un impasse ante una insólita situación de una aparente victoria
israelí que no puede ser traducida en un futuro prometedor y seguro. Israel se
jacta, con razón, de una serie de logros tácticos de película, aunque cada día
es más claro su distanciamiento de una victoria estratégica.
El operativo en Gaza quedó a medio hacer. No se ha
logrado cumplir en su totalidad ninguno de los objetivos que se fijó el
gobierno de Netanyahu año atrás. Si bien se asestó un duro golpe a la
estructura militar de Hamas y se logró un significativo control militar de esa
franja, esta organización palestina continúa con el control de la población
civil en sus manos, y lo que mas significativo, se convirtió en un grupo
guerrillero muy bien armado y entrenado, inmerso en la población civil, que
esporádicamente causa duras bajas al ejército israelí e inclusive lanza misiles
a poblaciones limítrofes del sur de Israel. Por último, aún restan en manos de
Hamas 101 rehenes después que se ha demostrado el rotundo fracaso del intento
de liberarlos por medio de “una continua presión militar” de la que tanto se
jactó Netanyahu todo el tiempo.
El futuro en este frente se presenta confuso y muy
problemático para Israel. El proyecto de gobierno militar israelí a cargo del
orden civil en Gaza representa un serio desafío. En primer lugar, requiere la
movilización de decena de miles de soldados que el ejército israelí en la
situación actual no los dispone. En presentación ante la Corte Suprema de
Israel el ejército declaró que “la disposición actual de soldados en el
ejército no permite un control efectivo en todo Gaza” (Walla, 20-11-24).
También si los dispondría, o recurrirían en parte a mercenarios de empresas
extranjeras como lo sopesan, muy probablemente muchos de ellos, en el marco de
un gobierno civil, se convertirían en blancos fáciles para guerrilleros de
Hamas.
El proyecto de dominio militar israelí y control civil
por medio de fuerzas internacionales, básicamente de países árabes amigos de
Israel, o por medio de la Autoridad Palestina, quedó fuera de toda chance.
Israel rechaza toda participación de la Autoridad Palestina y la participación
de países árabes amigos está condicionada a retirada total de fuerzas israelíes
de Gaza, por no estar dispuestos a convertirse en sirvientes de la dominación militar
israelí.
Dado la imposibilidad demostrada de liberar por la
fuerza rehenes en manos de Hamas, Israel se enfrenta con el dilema de negociar,
que también le exige como condición básica, el fin de la guerra y la retirada total
de sus fuerzas de Gaza.
La situación del frente norte con Hezballah no es
menos problemática. Con su operativo terrestre al sur del Líbano, Israel logró
hacer retroceder varios kilómetros al norte a las fuerzas Redwan, unidades de
asalto de Hezballah que representaban un continuo peligro a las poblaciones israelíes
cercanas a su límite norte. Además, aniquiló a gran parte de su cúpula política
y militar y destruyó parte importante de su poderío de misiles. Pese a ello,
Hezballah demostró su capacidad de recuperación y hasta el día de hoy bombardea
intensa y diariamente el norte y hasta importantes objetivos de ciudades del
centro de Israel de manera que, el objetivo propuesto por Netanyahu, el retorno
de las decenas de pobladores del norte de Israel a sus hogares, aun no es
factible. Los esfuerzos por llegar a un acuerdo liderados por EE.UU. se
enfrentan con la negativa de Hezballah y el gobierno del Líbano de responder
positivamente a la exigencia israelí de otorgarle libertad de acción en suelo libanés
en caso de transgresión al acuerdo.
Pero el embrollo de Israel como consecuencia de la vía
por la que decidió enfrentar el ataque de Hamas no solo se limita a los frentes
de combate en Medio Oriente. Su posicionamiento internacional y el de la colectividad
judía de las diásporas está sufriendo un serio deterioro, por no decir, una
tragedia. A la inmensa ola de aversión en gran parte del mundo en contra de
Israel y judíos como protesta por el accionar de Israel en esta guerra, se sumó
en estos días un devenir insólito e histórico: el primer ministro de Israel y
su ministro de defensa recibieron órdenes de arresto de la Corte Penal
Internacional bajo sospecha de haber cometido delitos de guerra y en contra de
la humanidad.
En sus primeras declaraciones, Israel Katz, el
flamante ministro de defensa de Israel anunció días atrás que “vencimos a Hamas
y logramos victoria ante Hezballah” (Ynet, 10-11-24). Otro mensaje destinado a
lavar el cerebro de los judíos. La realidad nos demuestra claramente que en
estos días la guerra se aproxima a su fin, pero la “victoria total” tal como lo
prometió Netanyahu, cada día se aleja más.
Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 24-11-2024
https://ojalameequivoque.blogspot.com/
kupervaser.daniel@gmail.com
@Kupervaser
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