CAROLINA LANDSMANN: “EL ÚNICO CAMINO DE ISRAEL PARA EVITAR GUERRA CIVIL”

Aclaración del traductor: Para abrir los ojos de los ingenuos. Dice Carolina Landsmann: el proyecto grandioso de Netanyahu de fin esta guerra, continuando el dominio sobre los palestinos, se asimila al proyecto de Abraham Lincoln de fin de la guerra civil de Estados Unidos de América, con la diferencia que hubiese propuesto continuar con la esclavitud.  

   

La guerra que se desató el 7 de octubre detuvo la guerra civil en Israel. En los meses previos al ataque de Hamás, la energía de la guerra se liberó en ambos bandos en la arena política de Israel. Ambas partes estaban decididas a "llegar hasta el final", pero ambas suprimieron la manzana de la discordia: la ocupación de territorios palestinos. La derecha no "mostró" que el objetivo de la reforma es permitir al gobierno anexar los territorios sin conceder la ciudadanía a los palestinos y consagrar la supremacía judía por ley. Por otro lado, la protesta no salió en defensa de las principales víctimas de la reforma: los árabes. La protesta no permitió izar la bandera de la ocupación, y mucho menos la bandera palestina.


CAROLINA LANDSMANN

Netanyahu propuso cambiar el nombre de la guerra por el de "Guerra de la Resurrección". La idea de un renacimiento, es decir, el renacimiento de la nación, logrado a través de la guerra. También destacó en su discurso en la ceremonia conmemorativa en el gobierno: "Y cuando ganemos... construiremos el renacimiento en un territorio a una escala mucho mayor". "Aferrarse a la raíz hará que vuelva a crecer el árbol de la vida", poetizó. Pero no hay razón para creer que al final de la guerra Israel renacerá y logrará escabullirse de la guerra civil. Si el motivo reprimido de la ruptura en la nación es el conflicto con los palestinos, ¿cómo la podemos aglutinar sin formular una posición unificada al respecto?

La única manera de evitar la guerra civil que se detuvo el 7 de octubre es que la guerra que estalló ese día conduzca al reconocimiento de que el control sobre los palestinos debe terminar. Pero Netanyahu, al igual que Netanyahu, quiere recoger los frutos sin plantar ningún árbol. "Un renacimiento de la libertad", como escribió Abraham Lincoln en su discurso de Gettysburg en la Guerra Civil estadounidense, sólo que sin abolir la esclavitud.

En su último discurso en Naciones Unidas, Netanyahu elogió la bendición de la paz en Medio Oriente, teniendo como ancla la paz con Arabia Saudita: "Provocará una reconciliación histórica entre el mundo árabe e Israel, entre el islam y el judaísmo, entre el mundo árabe e Israel. La Meca y Jerusalén". Según él, "Israel está comprometido a lograr esa paz", y la manera de derrotar a Irán es "lograr la paz". Esa paz, dijo, "formará la base de una alianza abrahámica aún más amplia, y esa alianza incluirá a Estados Unidos, los actuales socios árabes de paz de Israel, Arabia Saudita y otros que elijan bendecir la paz". Me gustó.

Sin embargo, los saudíes dejaron claro que la paz está condicionada a volver a la vía diplomática según el esquema de la solución de dos Estados. Si efectivamente Irán es la mayor amenaza para la humanidad, ¿cómo se permitió Netanyahu ignorar el conflicto con los palestinos, cuya solución es el ancla que asegura el eje de los aliados contra Irán?

Esta semana y la pasada, Netanyahu se dirigió directamente a los libaneses e iraníes y les dijo que "nuestra guerra no es contra ustedes". ¿A quién no se dirigió? A los palestinos. En su discurso en la ONU, incluso continuó desacreditando a Mahmoud Abbas, socio de seguridad de Israel durante décadas.

El camino hacia la bendición de la paz comienza con la solución del problema palestino. Los ministros de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita y Jordania lo han repetido recientemente. Durante años, Benjamín Netanyahu engañó a los israelíes diciéndoles que la paz era posible en Oriente Medio ignorando a los palestinos. Por sus peroratas en la ONU, parece que continúa arrojando arena a los ojos de los israelíes y del mundo. Él y sus compañeros de campamento disfrutan atacando a Oslo en cada oportunidad y agitando los Acuerdos de Abraham, como si los Acuerdos de Abraham pudieran haber existido si no se hubiera firmado Oslo. La verdad es que, sin un retorno al camino de Oslo, es decir, al deseo de dos estados, no vendrá la bendición sobre Israel. No tendrá paz afuera, y ciertamente no tendrá una resurrección.

Fuente: Haaretz, 11-10-2024

Traducción: Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 11-10-2024

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