EL GOBIERNO ISRAELÍ SE COMPORTA COMO GRUPO MAFIOSO

Con seguridad, Biniamin Netanyahu siente una profunda nostalgia cada vez que la Casa Blanca de Washington le vuelve a la memoria, esta vez sin su compinche ideológico Donald Trump. La añoranza se agudiza severamente en estos últimos días en los cuales se ve en la necesidad de enfrentar solo a las dos Cortes de Justicia de La Haya.

Como se recordará, en el año 2018 Fatou Bensouda, en su momento fiscal general de la Corte Penal Internacional de La Haya (CPI), anunció el inicio de una investigación ante la sospecha de delitos de guerra cometidos por funcionarios israelíes o altos oficiales de su ejército en territorios conquistados en la guerra de los 6 días. El primero en reaccionar en defensa de Israel fue el gobierno de Trump. Nada sorprendente si se tiene en cuenta que, Sheldon Adelson, el magnate judío estadounidense íntimo amigo de Netanyahu, le donó unos cientos de millones de dólares a su campaña electoral para que favorezca a Israel en su accionar, como el mismo Trump lo confirmó (The Guardian, 10-2-2020).


Apenas conocida la noticia, John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de USA, se encargó de amenazar con palabras muy duras a jueces y funcionarios de la Corte Penal Internacional. “Estados Unidos utilizará cualquier medio que sea necesario para proteger a nuestros aliados de Israel contra las acusaciones injustas de este tribunal ilegítimo”, advirtió John Bolton, para luego agregar “Dejaremos que muera sola. Después de todo, la CPI ya está muerta para nosotros. Si la Corte va por Israel u otros aliados, no nos quedaremos callados” (“Donald Trump amenaza sancionar a la CPl si investiga a Israel”, Clarín, 11-9-2018).

En el año 2020, los jueces de CPI fallaron otorgando facultades a esa Corte de acusar y juzgar a funcionarios y oficiales del ejército de Israel por posibles delitos de guerra cometidos en territorios conquistados en la guerra de 1967. La respuesta de Trump no se hizo esperar. “Por orden ejecutiva emitida el 11 de junio por el presidente Donald Trump, declaró una emergencia nacional y autorizó el congelamiento de activos y prohibiciones de entrada de familias que podrían imponerse contra ciertos funcionarios de la CPI” (Organización mundial de defensa de derechos humanos, 8-9-2020).

Mientras tanto, Fatou Bensouda fue reemplazada por Karim Khan quien continuó con la investigación y en los últimos días solicitó del alto tribunal la emisión de órdenes de arresto contra Netanyahu y Galant, su ministro de defensa, por supuestos crímenes de guerra cometidos en Gaza. Como si esto fuera poco, Khan también anunció la continuidad de su investigación por posibles delitos de guerra cometidos por oficiales del ejército de Israel en Cisjordania, tambien con muchas posibilidades de nuevas órdenes de arresto si se tiene en cuenta las proezas del terror judío ante una manifiesta pasividad del ejército israelí, autoridad de la región. Más aún, en la Casa Blanca ahora reside Biden que trasmite sus serias dudas de participar en el lanzamiento de sanciones en contra de las Cortes en La Haya tal como lo promueven parlamentarios republicanos, que casualmente su mayoría recibe donaciones de judíos para las próximas elecciones por su posición a favor de Israel (Véase periódicos anuncios de AIPAC).

Desconcertado por esa manifiesta indiferencia por parte de la administración de Biden, que le fue trasmitida en plena entrevista televisada en red de USA, el primer ministro israelí declaró estar “sorprendido y decepcionado” ante el repentino cambio de posición por parte de la administración estadounidense (“Netanyahu sorprendido y decepcionado porque el gobierno de Biden no apoya sanciones a La Haya”, Ynet, 30-5-24)

Primer ministro de Israel se siente sorprendido y decepcionado porque el gobierno de la primera potencia del mundo no toma a su cargo la posición de matón de barrio para atacar una reconocida instancia judicial internacional que expone su intención de juzgar a Israel por fundadas sospechas de infringir normas internacionales de guerra. De esta forma el gobierno del Estado Judío trasmite la imagen que se comporta como grupo mafioso organizado que trata de defender sus lideres e intereses sin demasiados escrúpulos.

Se trata de un ejemplo más de la táctica muy conocida por parte del Estado Judío de recurrir al derecho de excepcionalidad, que lamentablemente la realidad demuestra que causa mucho más daño que ventajas en su imagen.

Ojalá me equivoque

Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 30-5-2024

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kupervaser.daniel@gmail.com

@KupervaserD   

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