JACKI KHOURY: “EL DESTINO DEL LÍDER PALESTINO SINWAR ES LA MUERTE,
PERO SU ELIMINACIÓN TENDRÁ CONSECUENCIAS INESPERADAS”
DEDICADO A QUIENES FESTEJAN CADA VEZ
QUE ISRAEL ELIMINA A UN LÍDER DE HAMAS Y NO SE DAN CUENTA QUE PUEDE SER PEGARSE
UN TIRO EN EL PIE (DK).
Todos desean la muerte de Sinwar,
pero si lo matamos mientras los rehenes están en sus manos, no es seguro que
haya alguien con quien negociar. Algunas temáticas difíciles ante el colapso de
las negociaciones de alto el fuego en Gaza
En dos oportunidades el pueblo de
Israel se mostró feliz esta semana. El martes, el ejército de Israel (IDF) anunció
que Marwan Issa, amigo de Yahya Sanwar y uno de los planificadores de la
masacre del 7 de octubre, fue encontrado muerto en un ataque de la fuerza aérea
contra su escondite hace tres semanas. Pero aun antes de la noticia de su
muerte, durante la ceremonia de Purim con soldados, el primer ministro Netanyahu
anunció que el comandante y compañero de viaje de Marwan también será colgado
en un árbol alto: "Hemos eliminado a Amán (rememorando los motivos de
Purim), también eliminaremos a Sinwar", prometió Benjamín Netanyahu. Por
primera vez Israel aceptó la responsabilidad de la eliminación del malvado
Amán.
La declaración de Netanyahu y el
anuncio del portavoz de las FDI acapararon grandes titulares, pero entre ambos
se produjo un acontecimiento mucho más importante: el lunes por la tarde, Hamás
anunció que rechazaba las líneas que le habían ofrecido para un acuerdo de
rehenes. Por tercera vez en dos meses, las negociaciones colapsaron. Detrás del
estancamiento se escondían cuestiones esenciales, no disputas de egos ni
cuestiones marginales. Los dirigentes de Hamás exigen que Israel detenga la
guerra y, a cambio, entregarían a todos los rehenes. Una vida por una vida. Se
pueden mediar en otras cuestiones, como el número de prisioneros de seguridad
que serán liberados o el regreso de los palestinos evacuados a sus hogares en
el norte de la Franja de Gaza. Israel quiere continuar la campaña hasta que
Hamás sea eliminado.
El día después de que Hamás
anunciara el rechazo del borrador del acuerdo, el portavoz del Ministerio de
Asuntos Exteriores de Qatar se presentó ante periodistas en la capital, Doha.
El portavoz, Majed Al-Ansari, sabía que le preguntarían sobre el fracaso del
esperado acuerdo, pero presentó el programa hasta el final y transmitió optimismo
como de costumbre. "Para nosotros todo es rutina", respondió a un
periodista que le preguntó sobre el estado de las conversaciones, "las
negociaciones están en curso y algunas delegaciones todavía están aquí".
El hábil orador hizo lo que se
esperaba de él y trabajó para no desanimar a los millones que esperaban que de su
boca saliera una esperanza, pero él mismo sabía que la verdad estaba en otra
parte. Vi hablar al funcionario qatarí y me acordé del piloto israelí Ron Arad
(Piloto caído y prisionero en Líbano en los años 80, que nunca se lo pudo
liberar o rescatar). La situación de nuestros rehenes nunca estuvo tan cerca como
lo que le aconteció a Ron Arad. A menos que se produzca un giro fatídico o un
acontecimiento sorprendente, las posibilidades de su recuperación disminuirán
drásticamente. La presión militar, diseñada para convencer a Sinwar de que
muestre flexibilidad, ha sido probada durante seis meses y no ha dado
resultados. En realidad, Sinwar se está diciendo a sí mismo y a nosotros que
cuanto más los matemos, menos motivación habrá para liberar a los rehenes.
Después de todo, los rehenes son una tarjeta de supervivencia para él, ¿por qué
debería dárselos por poco dinero o gratis? La realidad también demostró que el
tiempo juega en contra de los rehenes. Es un hecho que IDF mató a más rehenes
de los que liberaron. Es cierto que, por accidente, pero mataron.
"No existe ningún derecho moral
a detener la guerra en Gaza hasta que devolvamos a todos los rehenes a sus
hogares", dijo el ministro de Defensa, Yoav Galant, durante su visita a
Washington esta semana. La expectativa de que la presión militar conduzca a la
liberación de los rehenes no es la única premisa que se está desvaneciendo. El
martes de esta semana, el presidente Yitzhak Herzog apareció en una conferencia
en Jerusalén. La empresa Mobileye inauguró su nuevo hogar y el ciudadano número
uno fue invitado a pronunciar el discurso de apertura. Herzog, que conoce
detalles de las negociaciones para el acuerdo de rehenes, también se refirió en
su discurso a Yahya Sinwar. Todo comienza y termina en él, dijo. Él es quien
decidió la masacre y él es el uno que está trabajando para hacer todo lo
posible para destruir la vida común aquí, que podamos ver a los secuestrados en
casa", afirmó el presidente.
¿Qué pasará realmente si matamos a
Yahya Sanwar y los rehenes todavía están en manos de Hamas? El corazón dice que
sus seguidores en el ala militar de Hamás se verán abrumados, llenos de
desesperación y se apresurarán a luchar por un alto el fuego y acuerdos de
intercambio. Bueno, ¿por qué harían eso, si en cualquier caso las IDF seguirán
aplastándolos y matándolos después de la tregua? Mucho más sentido tiene otro
escenario, según el cual endurecerán sus posiciones. Quizás quieran cobrar un
precio por su muerte, o preferirán morir en una hecatombe total. Al matar a Sinwar,
Israel no tendrá a alguien con quien negociar con él. No hay garantía de que
alguien vigile a los rehenes y supervise su seguridad en su ausencia. Es
difícil de entender, pero todavía, en lo que respecta a los rehenes, Sinwar es
la causa del daño y al mismo tiempo tiempo también la póliza de seguro.
Es posible que, si IDF tuviera
tiempo ilimitado y los rehenes estuvieran protegidos y vigilados, sería posible
aumentar la presión militar que llevaría a su liberación, pero cada bomba
lanzada hoy en la Franja de Gaza podría caer en la cabeza de un rehén israelí,
o por algún palestino muerto en esos ataques puede llevar a uno de los
secuestradores a desquitarse con la vida de un rehén israelí.
Los líderes de Hamas y sus
combatientes están ciertamente expuestos a morir, pero el castigo que IDF les
impone en estos días se puede convertir en una espada de doble filo. No sólo
porque Hamas retiene a los rehenes y los custodia. En los próximos años, Israel
necesitará de alguien serio en Gaza para negociar con él.
La semana pasada describí aquí cómo
Irak degeneró en el caos y fue desgarrado por una guerra entre sectas y centros
de poder. Gaza puede degenerar hasta donde cayó Bagdad después de la invasión
estadounidense. Imaginemos que, dentro de un año, después de que derroquemos a
Hamás, personas desconocidas dispararán una andanada de cohetes contra
Ashkelon. ¿A quién castigará IDF y contra quién lanzarán una operación?
En estos días los egipcios vuelven y
suplican a Israel que detenga la guerra. En primer lugar, impedir la matanza
masiva de civiles en Rafah y posiblemente la infiltración de refugiados en su
territorio. En segundo lugar, preservar alguna forma de gobierno en la Franja
de Gaza para el día siguiente e integrar a Hamás en el futuro gobierno como un
segundo violín bajo la soberanía de la Autoridad Palestina. Y por supuesto
rescatar del cautiverio a los rehenes.
Para los
egipcios, Hamás con las alas cortadas se asemeja a un pequeño dictador.
Por un lado, habrá una dirección allí, una autoridad que impedirá el desarrollo
de un peligroso nido terrorista en Gaza; Por otro lado, será demasiado débil
para luchar contra Israel con fuerza. En Jerusalén escuchan este consejo con
tranquilidad, pero se niegan a aceptarlo y, como se sabe, se niegan a presentar
una alternativa convincente para el día en que Hamás ya no esté aquí.
Jack Khoury es analista de temas árabes
de la Radio Galei Tzahal
Fuente: Diario Maariv, 31-3-24
Traducción: Daniel Kupervaser
Herzlya – Israel 31-3-2024
https://ojalameequivoque.blogspot.com/
kupervaser.daniel@gmail.com
@KupervaserD
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