EL ROTUNDO FRACASO ESTRATÉGICO DE NETANYAHU
Así como la visión
estratégica y diplomática en la Guerra de independencia y creación del Estado
de Israel quedaron registrados en la historia a nombre de Ben Gurión, no hay
duda que los puntos cardinales de la estrategia de seguridad y política
exterior de Israel durante los últimos 15 años están registrados a nombre de
Netanyahu. Si bien en el corto periodo entre junio 2021 a diciembre de 2022
Netanyahu no participó del gobierno de Bennet-Lapid, el enfoque estratégico de
Netanyahu de esos aspectos permaneció en plena vigencia durante ese gobierno
La política de
seguridad y la diplomacia de Netanyahu se sustentaron sobre tres pilares fundamentales.
a.
Teniendo en cuenta que se trata de una amenaza
existencial, Israel se fija como objetivo primordial en seguridad impedir toda
posibilidad que Irán pueda equiparse con bombas atómicas.
b.
Impedir el reconocimiento y la constitución de un
Estado Palestino independiente en los territorios de Cisjordania y Gaza.
c.
Su imagen, capacidad y preocupación personales por la
seguridad de Israel son la mejor garantía para que Israel pueda permanecer como
la potencia militar principal de la región a los efectos de proyectar un convincente
poder de disuasión sobre sus potenciales enemigos.
En un proceso
que se perfilaba ya de tiempo atrás, el 7 de octubre se convirtió en el día en
que oficialmente se constató el fracaso estratégico total y definitivo de
Netanyahu.
Pese a la
enérgica oposición de Netanyahu, Obama y las potencias del mundo firmaron con
Irán en 2015 el acuerdo denominado JCPOA por el cual se restringía severamente
las posibilidades de avance de Irán en su proyecto de desarrollo nuclear. Los
periódicos controles de expertos de la Organización Internacional de Energía
Atómica (OIEA) confirmaron que Irán cumplía a rajatablas las condiciones del
acuerdo.
En 2018, el
presidente Trump se rindió ante presiones de Netanyahu y se desvinculó del
acuerdo, y a sugerencia de la estrategia de Netanyahu, lanzó sanciones
económicas contra Irán. Como respuesta a este cambio de conducta, Irán,
liberado de las limitaciones de JCPOA, comenzó a acumular amenazantes
inventarios de uranio enriquecido a niveles mucho mayores de los permitidos por
el acuerdo. Según el último informe de OIEA de semanas atrás, Irán dispone hoy
en día de uranio enriquecido al 60% de pureza en cantidades que, purificándolas
a un nivel de 90% en pocas semanas, podría tener en sus manos material
fisionable especial suficiente para armar 3 bombas atómicas. Si Irán decide
armar sus bombas atómicas en un futuro próximo (expertos afirman que todo
depende de la decisión de su liderazgo), no poco se lo deben a las políticas de
Netanyahu.
Durante los años
del prolongado mandato como primer ministro, Netanyahu se preocupó por
presentar como uno de sus objetivos primordiales la desaparición de la fórmula
de dos estados para dos pueblos como solución del conflicto con los palestinos.
Muchas veces abiertamente, otras borrosas, siempre concentrándose en impedir la
creación de un estado palestino y tomando decisiones destinadas a “administrar
el conflicto” basándose en la concepción que el statu quo nebuloso de hoy puede
persistir casi eternamente. La realidad a partir del 7 de octubre último le dio
una cachetada. No solo los estados amigos de los palestinos, las potencias
amigas de Israel que lideran el proceso de ordenamiento de la región posterior
a la presente guerra (USA, Inglaterra, Francia), con el apoyo de los países de
la Liga Árabe, ya están fijando los parámetros, comenzando por la urgente
necesidad de reconocer un Estado Palestino independiente en los territorios de
Cisjordania y Gaza.
A lo largo de
los años, el título de "Señor Seguridad" ha sido uno de los
principales elementos de marketing de la imagen de Netanyahu. Las campañas
proselitistas remarcaron reiteradamente este aspecto con la divulgación de
consignas que vanaglorian sus cualidades en materia de seguridad nacional. “Con
Netanyahu Israel es fuerte” resaltaban las pancartas. Tras retornar a la
función de primer ministro a principios de 2023 (a posterior del gobierno
Bennet-Lapid), no dudó en declarar que se debe “restaurar la disuasión” que el
gobierno anterior dañó (Haaretz 13-4-23).
Los sucesos del
7 de octubre pasado demostraron que, ante un sorpresivo ataque de grupo
terrorista de no mas de 30 mil combatientes medianamente armados, no solo no
restauró la disuasión, sino que la estropeó. El Señor Seguridad exhibió hasta
hoy muy pocas habilidades para liderar un conflicto armado y lograr los
objetivos que el mismo fijó, cuando está a la cabeza de un país que dispone del
ejército más poderoso de la región. Peor aún lo fueron sus bochornosos
esfuerzos de escabullirse de la responsabilidad del fracaso, inherente a la
autoridad de la función que asumió.
La tragedia que
sufrió Israel el pasado 7 de octubre de 2023 permanecerá eternamente registrada
como el rotundo fracaso estratégico de Netanyahu.
Daniel
Kupervaser
Herzlya – Israel
1-2-2024
https://ojalameequivoque.blogspot.com/
kupervaser.daniel@gmail.com
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