EL MUNDO NO SE LO PERMITIRÁ, PERO NETANYAHU ENARDECE SUS HUESTES CON LIMPIEZA ÉTNICA PALESTINA

La guerra desatada como consecuencia del sanguinario ataque de Hamas a poblaciones de Israel el pasado 7 de octubre convirtió al medallón con el mapa de Israel en un símbolo de patriotismo de su población. A primera vista una conducta razonable. Sin embargo, si se entra en detalles de la imagen, se puede observar que dentro de sus límites incluye, no solo el territorio reconocido internacionalmente como soberano de Israel (fuera de Irán, Hesbollah y Hamas), sino que también abarca las regiones de Cisjordania y la Franja de Gaza. Como se sabe, a estas superficies nadie en el mundo las reconoce como soberanas de Israel, sino que las destinan a un futuro estado palestino independiente.


El medallón con el mapa de Israel del Mediterráneo al Jordán     

El sueño del Estado de Israel del Mediterráneo al Jordán, con abrumadora mayoría judía, goza de un masivo apoyo en el componente judío de la sociedad israelí, pero la realidad no les juega de su lado. En ese territorio habitan 7,5 millones de judíos, al lado de otros 7,5 millones de palestinos, de los cuales, 5,5 millones residen en Gaza y Cisjordania y 2 millones residen como ciudadanos plenos (aunque parcialmente discriminados) en los limites reconocidos internacionalmente de Israel.

La comunidad internacional prácticamente en pleno, consciente hasta el día de hoy de esta problemática, no deja de sostener la partición geográfica como única posibilidad de solución del conflicto. Consecuente y reiteradamente manifiesta su apoyo incondicional y propone ayuda, inclusive militar, para defender la existencia de Israel en los limites de junio de 1967, a la par que se opone rotundamente a la colonización e imposición de soberanía israelí en los territorios de Cisjordania y Gaza, y más vale no hablar de planes de expulsión de población palestina.

Netanyahu tiene muy claro esta constelación que no otorga ninguna posibilidad de concretar planes de limpieza étnica de palestinos. Fuera de casos excepcionales, como lo fue el de la aldea Amuás (al lado del Monasterio Latrún) en la guerra de los 6 días en 1967, en prácticamente todos los casos, con posterioridad a la guerra de independencia, Israel se vio ante la imposibilidad de llevar a la practica programas de expulsión, destierro o emigración incentivada de palestinos. Al respecto se pueden citar algunos casos como el operativo Yohanan de los primeros años de independencia de Israel que proyectaba trasladar decenas de miles de palestinos del Galil a Argentina y Brasil (“Historia secreta de la transferencia de población palestina”, Haaretz, 27-11-2013), como la masacre de Kfar Qasim en 1956 (“La maldición del pasado y la masacre de Kfar Qasim” Ynet, 1-8-22). Repetidos proyectos de años anteriores de parlamentarios israelíes quedaron en la nada.


Moshe Dayan: “Espero que en los años venideros tal vez tengamos la posibilidad de deportar estos árabes de las tierras de Israel” 

Pese a todo ello, el primer ministro Netanyahu anunció en reunión de la facción del Likud en el parlamento israelí que está trabajando para lograr la emigración voluntaria de residentes de Gaza a otros países (Twitter diario Israel Hayom, 25-12-23). Esta iniciativa no quedó huérfana. A ella se acopló el parlamentario del LiKud Danny Danon, como así también Joel Roskin, profesor del Departamento de Geología y Geografía de la Universidad Bar Ilan, quien aportó argumentos de ese carácter para justificar lo adecuado de la tierra de la península del Sinaí para los palestinos de Gaza (Jerusalén Post, 25-12-23).  

¿A que se debe este disparatado anuncio?

En el marco de la jefatura de gobierno de un país en guerra como consecuencia del desastre mayor causado a su población desde su independencia, Netanyahu libra otra batalla más importante: su supervivencia política. A sabiendas de la profunda sensación de invencibilidad y derecho a la excepcionalidad que reina en amplios sectores del componente judío de la sociedad israelí, con la desarrollada astucia que lo caracteriza, Netanyahu intenta enardecerlos con el objetivo de movilizarlos en su apoyo. Lamentablemente, frente a la sociedad israelí es mucho más sencillo recibir el apoyo de amplios sectores en políticas cuyo objetivo directo es infringir daños y sufrimiento a palestinos antes que pensar que se trata de una propuesta seria con el objetivo de dar fin al conflicto. Cuando se compruebe la falacia de la propuesta, como es de costumbre, Netanyahu seguramente encontrará el chivo expiatorio a quien tirarle la culpa.  

Estamos frente a un nuevo ejemplo de la conducta política de Netanyahu que antepone intereses políticos personales a aquellos críticos para el futuro de Israel.      

Ojalá me equivoque.

Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 27-12-2023

kupervaser.daniel@gmail.com

https://ojalameequivoque.blogspot.com/

@KupervaserD

Comentarios

  1. Daniel te felicito: muy buen análisis, correcto, cierto y exacto

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