CRUJE EL ESTADO BINACIONAL
DEL MEDITERRÁNEO AL RÍO JORDÁN
Si no fuese una
tragedia, diríamos que estamos frente a una comedia absurda. No, no es
necesario buscar en cartelera esa obra de teatro. Basta actualizarse de los
términos en las discusiones en las distintas instancias oficiales de Israel durante
la última semana con referencia a palestinos de Cisjordania que trabajan en
Israel. En representación del gran consenso del componente judío de la sociedad
israelí, su liderazgo sueña con incorporar Cisjordania a la “única democracia
de Medio Oriente”, pero no está dispuesto a aceptar el desenlace forzoso: los judíos
de Israel tendrán que dormir con el enemigo palestino.
El estallido de
la guerra en Gaza, sumado a la serie de medidas de emergencia tomadas por el
gobierno, afectaron a todos y cada uno de los sectores del quehacer cotidiano
de la sociedad israelí. La decisión de prohibir la entrada a Israel de
trabajadores palestinos de Cisjordania, autorizados oficialmente a trabajar en
Israel (a los que se suman diariamente decenas de miles que normalmente se
filtran ilegalmente), afectó negativamente a ciertos sectores de significativa
importancia en la economía israelí. Durante décadas la economía israelí se adaptó
a la oferta ilimitada de fuerza de trabajo barata de esa fuente para satisfacer
necesidades de “trabajo negro” de los que la sociedad israelí paulatinamente se
alejó sin la menor intención de retorno.
LA DERECHA
DECIDIÓ UN ESTADO BINACIONAL
Tres factores
básicos se conjugaron para que este fenómeno se convierta en un crítico
problema para el liderazgo del país.
En primer lugar,
a diferencia de operativos militares anteriores en los cuales el tiempo se lo
medía solamente en días, en esta oportunidad se evalúa que la situación bélica
podría prolongarse por un largo periodo de tiempo, meses, inclusive años.
Conclusión: la solución de problemas creados no se logra con parches
temporarios.
En segundo lugar,
esta significativa reducción de la oferta de fuerza de trabajo (más de 200 mil
trabajadores lo que implica cerca del 5% del total del país) básicamente se
concentra en dos ramas productivas vitales para el país con consecuencias muy
cercanas a a ser consideradas dramáticas. Se trata de la construcción y la
agricultura con la consecuente y drástica reducción de su potencial productivo.
En tercer lugar,
y el factor más importante, en esta oportunidad comienzan a reflejarse en el
centro de las decisiones de Israel el creciente poder de influencia de los
sectores que representan el racismo y extremismo judío vinculado a la
colonización, especialmente desde la conformación de este último gobierno de
Netanyahu. Estos sectores que sueñan con que un buen día los palestinos se
esfuman del territorio, ven como política adecuada toda medida que pueda
infringir sufrimiento a palestinos.
Bajo este
contexto, comenzó a sentirse el crujido de un liderazgo que no logra conciliar
las contradicciones básicas de una sociedad que no es capaz de enfrentar
conscientemente su destino. La última reunión del gabinete de seguridad de
Israel se convirtió en la arena en donde todo salto a la luz.
Bajo la iniciativa
de Netanyahu se expuso a los presentes las necesidades urgentes de permitir el
ingreso de trabajadores de Cisjordania, no solo por exigencia del empresariado
local seriamente afectado, sino también obedeciendo a evaluaciones de la cúpula
de seguridad de Israel. Estos últimos expresaron a los presentes sus temores
que la continuidad de la prohibición de acceso a trabajo en Israel a palestinos
de Cisjordania incrementará significativamente la tensión en la región con la
consecuente desestabilización. Además, agregaron la necesidad de descongelar
remesas de dinero provenientes del cobro de impuestos a nombre la Autoridad
Palestina que Israel congeló por motivos políticos (“Netanyahu postergó la votación
en el gabinete de seguridad”, Haaretz, 10-12-23)
El fracaso de Netanyahu fue escandaloso. Bajo la presión de sus socios supremacistas Ben Gvir y Smotrich, el primer ministro de Israel se vio en la obligación de replegarse y cerrar la reunión del gabinete de seguridad sin haber logrado imponer su autoridad. Peor aún es el hecho que sectores allegados a lo que se considera oposición (Saar y Liberman) se identificaron plenamente con las posiciones de Ben Gvir y Smotrich.
Exigir
coherencia política de un liderazgo con pretensiones de expansión territorial
es similar a pedir peras al olmo. No se puede dominar a otro pueblo en ciertos
aspectos y exigir que se arreglen solos en otros. En el territorio entre el Mediterráneo
y el Rio Jordán conviven 7,5 millones de judíos y 7,5 millones de palestinos que
no se mueven del lugar ni se los puede desterrar. Si el liderazgo de Israel se
propone dominar todo este territorio, tanto de facto como hoy, o de jure tal
vez en el futuro, y así materializar la vision del estado binacional, la
persistencia de políticas basadas en un supremacismo étnico necesariamente se traducirá
en olas de violencia periódicas que obligaran a ambos pueblos a convivir en un
permanente charco de sangre, tal como somos testigos ya de varias décadas atrás.
Ojalá me
equivoque
Daniel
Kupervaser
Herzlya – Israel
14-12-2023
kupervaser.daniel@gmail.com
https://ojalameequivoque.blogspot.com/
@KupervaserD
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