AMOS HAREL: “ENTRE EL FRENTE NORTE Y EL FRENTE SUR, ENTRE LOGROS Y LA OPINIÓN PÚBLICA, ISRAEL CAYÓ EN UNA TRAMPA ESTRATÉGICA”


Excelentes reflexiones sobre la situación actual de la guerra en Gaza del conocido analista militar de Haaretz Amos Harel

Resumen

Israel obtuvo logros contra Hamas, pero da la impresión de estos están disminuyendo frente al número de víctimas que crece diariamente Es posible que Israel esté ante una larga guerra de desgaste, acompañada por intentos de Netanyahu de socavar la democracia


AMOS HAREL 

Hay que decir la verdad: Israel ha caído en una grave trampa estratégica, como resultado de la masacre llevada a cabo por Hamás en las poblaciones que rodean Gaza el 7 de octubre. Las amenazas a su seguridad desde Gaza que fueron reprimidas durante años, de una manera que permitió a la mayoría de los ciudadanos aquí llevar su vida diaria con una sensación limitada de riesgo, han escalado a nuevas alturas y han cambiado fundamentalmente la vida cotidiana israelí. En este punto, todavía no está claro si se puede salir de la trampa y cómo. Aquí puede surgir una situación casi permanente, en la que tendrá lugar una prolongada guerra de desgaste a lo largo de al menos dos fronteras. Todavía existe el riesgo de que el frente libanés, que es más amenazador, estalle hasta el nivel de una guerra y pueda verse involucrado en un conflicto más extenso con Irán y las milicias que opera, principalmente Hezbolá.

Dos problemas no resueltos, que habían estado latentes a fuego lento - el conflicto palestino y la confrontación con Hezbolá - regresaron al centro del escenario regional. La medida de Hamás ha inspirado incluso a otras organizaciones extremistas de la región, que esperan unirse y doblegar gradualmente a Israel. Y aunque Irán y Hezbolá no se lanzaron precipitadamente a la guerra, como esperaban los líderes de Hamás en la Franja de Gaza tras el éxito del ataque sorpresa, están participando en el esfuerzo obligando a Israel a retener grandes fuerzas del ejército israelí en el norte de Israel. La visión formulada por el fallecido general Qassem Soleimani, quien fuera comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, sobre un "anillo de fuego" que atacará a Israel, comienza a materializarse a través de las milicias proiraníes. incluso si el grado de riesgo inherente al mismo es todavía limitado.

Durante más de una década nos contamos historias: Israel se infiltró y sabe todo de Irán (de hecho, el Mossad robó los archivos del proyecto nuclear de Teherán). Los ataques permanentes que lleva a cabo el ejército israelí perjudican el abastecimiento de armamento y deja indefensos a los aliados de Irán. Cada ronda de combates en la Franja de Gaza termina con una abrumadora ventaja israelí y deja a Hamás y a las organizaciones palestinas debilitadas, asustadas y disuadidas; Mientras que, en Cisjordania, si un palestino sólo sueña por la noche con un atentado, los servicios de seguridad de Israel aparecen por la mañana en la puerta de su casa y lo arresta. Estas ilusiones se hicieron añicos, con gran ruido, la mañana de las fiestas de Simjat Torá en las poblaciones cercanas a Gaza.

No se debe subestimar lo que el ejército israelí ha logrado en la Franja de Gaza en 12 semanas de combates. Israel tiene una clara ventaja en potencia de fuego, tecnología, inteligencia y la conexión de todos estos elementos. El espíritu de lucha y el profesionalismo de los comandantes y combatientes, junto con un amplio apoyo estadounidense, les permite una ventaja en todos los ámbitos en los que choca directamente con Hamás. En casi todos los conflictos, la tasa de pérdidas de Hamás es inmensamente mayor que la que sufre el ejército israelí.

Pero al mismo tiempo, es mejor tomar con la debida cautela el recuento de los cadáveres de los terroristas, en el que Israel insiste para difundir sus éxitos militares. Cada día, en las sesiones informativas y declaraciones de los comandantes sobre el terreno, aumenta la estimación de las pérdidas de Hamás. Las estimaciones ya hablan de unos 8.000 terroristas, pero al final de los informes de inteligencia se afirma que se basan en un "nivel medio de confianza", es decir, es probable que el ejército israelí está cayendo en la misma trampa de la sobreestimación que sufrió el ejército estadounidense en la guerra de Vietnam.

El desafío actual en Gaza no es similar a lidiar con las divisiones egipcias en Gaza y el Sinaí en la Guerra de los Seis Días, o a las batallas en ambos lados del Canal de Suez en la Guerra de Yom Kippur. No se trata sólo de la enorme densidad de la franja y del hecho de que Hamás desplegó deliberadamente sus formaciones de combate entre la población civil (los soldados dicen que se encontraron armas de guerra en una de cada dos casas). El factor decisivo para Hamás es el espacio subterráneo. El sistema de túneles y pozos resultó ser infinitamente más sofisticado y complejo que cualquier otra táctica conocida por los servicios de inteligencia antes de la guerra.

El líder de Hamas, Yahya Sinwar, no ha dedicado los últimos 12 años, desde que fue liberado de la prisión israelí en el acuerdo de liberación del soldado israelí Shalit, a establecer orquestas juveniles en Yebalia y centros de tenis en Khan Yunis. Cada dólar libre se destinó al fortalecimiento militar y a la preparación para la guerra en Israel. Los miles de millones que Qatar transfirió a la Franja de Gaza también se utilizaron en su mayor parte para estos fines, o al menos proporcionaron a Hamás recursos para construir su poder militar. Así se preparó el ataque a Israel y los servicios de inteligencia pasaron por alto el riesgo crítico que planteaba. Así también se construyó el plan de defensa contra las fuerzas del ejercito israelí.

Es probable que Hamás se haya sorprendido por la voluntad israelí de llevar a cabo una extensa maniobra terrestre y la velocidad con la que sus defensas colapsaron bajo la presión de las divisiones que maniobraban. Pero los graves daños sufridos a los batallones de Hamás en el norte de la Franja de Gaza no impidieron a la organización luchar con lo que le quedaba. En lugar de divisiones y compañías, se utilizaron pequeños escuadrones; Sus hombres salen de los túneles, atacan a las fuerzas israelíes e intentan desaparecer rápidamente.

El despliegue de cuatro divisiones del ejército israelí, muy densas, en aproximadamente dos tercios del territorio de la Franja, crea una amplia superficie de fricciones y puntos débiles. Hamás consigue imponer a Israel un precio constante y diario en sangre, entre muertos y heridos. La sensibilidad palestina a las pérdidas parece menor, también en el contexto del número general de pérdidas: más de 20.000 muertos, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás en la Franja de Gaza, que no distingue entre civiles y militantes en sus mensajes.

El ejército de Israel está aprovechando logros acumulativos, graduales y lentos: la destrucción de más y más pozos y túneles, la muerte de terroristas y la destrucción de armas acabarán por aplastar las capacidades militares de Hamás. Pero dentro de esta ecuación, la opinión del público israelí tiene mucho peso.  Está menos impresionada por los logros acumulados, incluso si el portavoz del ejército israelí informa con entusiasmo sobre otro operativo de una u otra unidad de combate divisional. A esto se suman las dificultades: la necesidad de preservar mucho armamento ante la posibilidad de que se desarrolle una guerra intensa con Hezbollah en el norte; la carga prolongada, pesada e inusual sobre el sistema de reservistas; la carga real sobre la economía; agotamiento mental entre los combatientes en Gaza, y las crecientes dudas del público.

La acumulación de estas circunstancias aumenta el apoyo, también en el Estado Mayor, a un cambio de fase en los combates. Desde hace más de un mes, el establishment de seguridad y la administración estadounidense discuten perezosamente la transición a la llamada Fase III. el establecimiento de un estrecho perímetro de seguridad dentro del territorio de la Franja de Gaza, el mantenimiento de una zona de amortiguación entre el norte de la Franja de Gaza y el sur (una cuestión que aún es controvertida), la reducción de las fuerzas, la liberación de reservas y el cambio al formato de incursiones de brigadas contra los restantes bastiones de Hamás.

Cuando el jefe del Estado Mayor, Hertzi Halevi, emitió un breve mensaje el martes de esta semana, se pudo identificar la dirección. “No hay soluciones mágicas ni atajos”, afirmó Halevi. "También llegaremos a los dirigentes de Hamás, aunque sea necesario una semana, o meses." En otras palabras, el ejército israelí apunta a dar un golpe largo en el tiempo, con intensidad variable.

Los partidarios del cambio mencionan a menudo el precedente del operativo "Muro Protector". La operación de 2002, en plena segunda intifada, provocó el declive del terrorismo palestino desde Cisjordania. Pero el objetivo no se logró en la operación en sí, en la que participaron cinco divisiones, sino en los dos años siguientes, a través de cientos de operaciones a menor escala, que erosionaron gradualmente las fuerzas del enemigo. Las circunstancias en Gaza son más complejas, y la tendencia a reducir las fuerzas ofensivas está relacionada tanto con la sensación de muchos de que la estructura actual se ha agotado como con las dudas sobre la fortaleza a largo plazo de la sociedad israelí y su capacidad para hacer frente a los desafíos.

El hombre que decidirá al final es el primer ministro Benjamín Netanyahu. Y aquí Netanyahu utiliza el poder de los débiles. La difícil situación en la que se encontraba Israel, bajo su responsabilidad, le motivó, al estallar la guerra, a llamar a miembros de la oposición, Benny Gantz y Gadi Eisenkot, e invitarlos a unirse al gabinete de guerra que había formado. Netanyahu los utilizó, con urgencia, para bloquear la propuesta del ministro de Defensa, Yoav Galant, y los altos mandos del ejército de lanzar un ataque preventivo contra Hezbolá el 11 de octubre, que, de tener éxito, habría causado un gran daño a la organización, pero probablemente también hubiese provocado una guerra total y en múltiples frentes.

Desde entonces, Netanyahu ha estado erosionando sistemáticamente su alianza con Gantz. Los voceros y la maquinaria venenosa que se activa en su nombre ya atacan con furia a Gantz, mientras Netanyahu viola el compromiso de no tocar el nombramiento de altos funcionarios de los servicios de seguridad, y mientras sus socios extremistas se dedican al saqueo sistemático de las arcas públicas en su propio beneficio. El propio primer ministro pronuncia discursos sobre su intención de ir hasta el final contra Hamás y cuenta con la ayuda de foros ultraortodoxos, que consideran la campaña en Gaza una guerra santa para todo el territorio de Israel. En el hospital Mount Scopus de Jerusalén esta semana, algunos soldados heridos en recuperación se negaron a ver a Netanyahu en su visita a la institucion.

Gantz y Eisenkot están algo escandalizados, ante el temor de que, si se marchan por una de estas disputas, los ministros Itamar Ben Gabir y Bezalel Smotrich entren en su lugar en el gabinete de guerra. Gantz y Eisenkot todavía están tratando de presionar a Netanyahu para que tome una decisión para pasar a la fase tres, pero tienen dificultades para hacerlo. Esto está estrechamente relacionado con la negativa general de Netanyahu a hablar sobre el día después de la guerra en la Franja de Gaza. No hay operativo militar sin un acto político definido al final, pero el primer ministro lo evita en la medida de lo posible, por miedo al colapso de la coalición y por su ansiedad ante la ira los votantes de la derecha.

Junto a las críticas de izquierda y de centro sobre el absoluto estancamiento de las negociaciones para un segundo acuerdo de liberación de rehenes, se espera una caída en las expectativas de la opinión pública cuando quede claro que el formato del operativo israelí en Gaza se reducirá sin que los objetivos de la guerra se hayan logrando. Aún más peligroso, en lo que respecta a Netanyahu: la aprobación de la fase liberará a decenas de miles de reservistas en sus hogares, algunos de los cuales canalizarán su ira para renovar la lucha pública para derrocarlo del poder.

El teniente coronel de reserva Assaf Orion, del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, describe el próximo año que nos espera como un callejón sin salida. "El nivel político fijó objetivos muy ambiciosos, no injustificados, para la guerra", dice Orion a Haaretz. "De estos objetivos se deriva una guerra larga, por no decir interminable. Es legítimo, si se dice, como lo ha hecho el jefe del Estado Mayor, que la guerra se librará con intensidades variables. Pero esto también crea un problema. El ejército dice que investigará las fallas y errores sólo después de la guerra; el primer ministro promete que dará respuestas al final; y el proceso político está estancado porque la llamada “política” no se hace durante tiempos de guerra, a pesar de que en la práctica Netanyahu se ocupa de ello todo el tiempo. Mientras tanto, todo el equipo bajo cuya supervisión se produjo el ataque permanece en sus posiciones".

Desde el punto de vista militar, Orion dice: "logramos asestar duros golpes a gran parte de la capacidad de Hamás. Pero con el tiempo, la prueba será su capacidad de reorganizarse. Si hay tres cosas que no faltan en Gaza, son los jóvenes, rifles Kalashnikov y máquinas excavadoras. Hamás, que no esté completamente derrotado, podrá reclutar nuevos agentes, armarlos y volver a cavar túneles. Para que no pueda suceder esto, es necesario establecer allí un nuevo régimen. Pero el gobierno de Netanyahu dice “No estoy dispuesto a dejar que la Autoridad Palestina participe en esto”, y el apoyo internacional al proceso requiere trazar un horizonte político, lo que Netanyahu rechaza. Si no llenamos el vacío, habrá alguien más que lo llenará en nuestro lugar".

Fuente: Diario Haaretz, 29-12-23

Traducción: Daniel Kupervaser

Herzlya – Israel 29-12-2023

kupervaser.daniel@gmail.com

https://ojalameequivoque.blogspot.com/

@KupervaserD


Comentarios

  1. Obvio que Israel cayo en una trampa estrategica.Sinwar o quien lo asesore sabia que despues de la masacre Israel que no tiene un sujeto cerebral como Putin al frente,iba a bombardear e invadir la franja,La masacre elevaba el prestigio de Hamas en la Cisjordania aunque los gazanos sufrieran las consecuencias y Gaza pasaba a ser el centro del conflicto en los medios de prensa internacionales.En estos y en las redes sociales Hamas y no la AP pasaban a ser los representantes del pueblo palestino,lo que torna irrelevante e ingenuo el argumento de que nos retiramos de Gaza en el 2005 cuando la colonizacion en Cisjordania aumenta.Para rematarla el desplazamiento de los gazanos hacia el sur y las llamadas victimas colaterales,entre ellas muchos ninios replicaban una vision de lo que fue la Nakba en el 48.La guerra mediatica la tie ne ganada el Hamas.

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  2. Se utiliza el término terrorista para referirse solo a Hamas, pero múltiples acciones del ejército sionista también han sido actos terroristas.

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